Cofrades y fieles, así como los muchos turistas que se suman a disfrutar de la Semana Santa en Málaga, miraban temerosos hoy al cielo por el posible riesgo de lluvia que amenazaba las ocho salidas procesionales previstas para este Viernes Santo pero, para alegría de las hermandades que esperan todo el año para mostrar al mundo la devoción que sienten por sus sagrados titulares, el sol se ha abierto paso y ha permitido los recorridos programados por las cofradías.
Así, ha sido la Hermandad de Monte Calvario la primera en realizar su recorrido, saliendo desde la Basílica de la Victoria, desde donde los tronos del Yacente y la Unidad y el de la Virgen del Monte Calvario han avanzado acompañado por sus nazarenos y sus fieles por el Compás de la Victoria, para dirigirse a la Catedral a hacer estación de penitencia.
Una hora más tarde aproximadamente era la Hermandad del Descendimiento la que daba inicio a su salida procesional portando los hermanos los tronos de la Virgen de las Angustias y el Cristo de la Agonía con el que ofrecen a sus fieles un bello recorrido que finalizará en la capilla del Sagrado Descendimiento de La Malagueta.
Minutos después la Cofradía del Amor y Caridad sale con sus tronos a la calle Fernando el Católico, donde se despliegan los nazarenos ante el Cristo del Amor y la Virgen de la Caridad y avanzan acompañando a sus sagrados titulares por el Compás de la Victoria. Desde allí se dirigen al colegio Hermanos Maristas en el que esta cofradía ha hecho una ofrenda al busto de San Marcelino Champagnat mientras se ha rezado un Padrenuestro.
Casi al mismo tiempo es la Archicofradía de los Dolores la que desde la parroquia de San Juan inicia el recorrido con la salida, en respetuoso silencio, de los tornos del Cristo de la Redención y la Virgen de los Dolores, a la que al completar su salida se le dedica una sentida saeta.
Las Hermandades del Santo Traslado, Piedad, Santo Sepulcro y Los Servitas se preparan también, ya cercana la noche, para iniciar los recorridos de sus procesiones, en las que pasearán los tronos de sus sagrados titulares, si la lluvia sigue permitiéndolo, hasta bien entrada la madrugada, cuando tengan lugar los tradicionales encierros.
