Lo de Fuenlabrada fue un revés pero lo de Miranda de Ebro huele a dosis de realidad. Otra vez el Recreativo tendrá que buscar una remontada en los playoff después de caer por la mínima ante el CD Mirandés en Anduva. Ni en pleno Domingo de Pentecostés sonríe el recreativismo, cada vez más resignado ante la imposibilidad de ascender a Segunda división.
El Recre ha perdido esa chispa en ataque y la solidez que le definía en defensa. Cinco goles en contra en lo que llevamos de playoff, con dos derrotas y un empate ‘in extremis’. Lo mejor es que el estadio Nuevo Colombino decantará la eliminatoria en favor de onubenses o burgaleses. Sin embargo, el Decano tendrá que remar nuevamente en contra con un resultado adverso y unas sensaciones no tan positivas. Los albiazules lucharon, controlaron la posesión y sufrieron en momentos puntuales del partido, pero demostraron estar muy verdes en ambas áreas. El ejemplo llegó demasiado pronto. En el minuto 2, Marc Caballé se encontró con un balón en la frontal del área y su disparo se marchó levemente desviado. En la jugada siguiente, corría el minuto 3 en el crono, Hugo Rama recuperó un balón mal despejado por Valentín y soltó un obús directo al fondo de la red. El lanzamiento prácticamente fue desde casi 25 metros. De rozar la miel con los labios al tortazo. De la gloria al infierno.
A partir de ahí podía haber aparecido el fantasma de Fuenlabrada pero el Recre se rearmó y no bajó los brazos. El técnico recreativista, José María Salmerón, acabó con la defensa de cinco hombres y puso un ‘4-5-1’ en Anduva. El míster quería fortalecer el centro del campo para reducir el juego interior de los locales, su mayor virtud. Sin embargo, no supo acompañar en ataque a Caye Quintana, demasiado sólo pese a su frescura y desequilibrio. Aún así, Iago Díaz tuvo dos ocasiones para cambiar el marcador. Primero, el catalán disparó raso y centrado a las manos de Limones y posteriormente, remató desviado un centro de Pina.
La réplica del Mirandés llegó con un certero disparo de Yanis que repelió Diego Jiménez bajo palos. Poco después, Hugo Rama envió un lanzamiento de falta por encima del larguero. Antes de llegar al descanso, el autor del único gol pidió el cambio por molestias en la rodilla. Se fue cuando el daño ya estaba hecho.
Tras la reanudación, el Mirandés le dio la iniciativa del balón al Recre, que le costó romper líneas de presión y llegar con clarividencia a la portería defendida por Limones. En el 50’, Diego Jiménez pidió el cambio por lesión. Entró en su lugar Pablo Andrade, que trató de darle profundidad al equipo por banda izquierda. Poco después, Salmerón quitó a Iago Díaz, un jugador que no estaba teniendo su mejor día pero era el único, junto a Caye, que merodeaba con peligro en zona de tres cuartos. Entró Alberto Quiles. Pasaron demasiados minutos sin que llegara una ocasión clara de gol hasta que Israel Puerto rozara el gol en el minuto 66. El zaguero sevillano cabeceó por encima del larguero un saque de esquina lanzado por Fernando Llorente, un futbolista que ha dado un importante bajón de rendimiento en las últimas fechas. Dos minutos después, Caye Quintana peinó un balón al que no llegó Marc Caballé, demasiado lento dentro del área. Quiles trató de romper líneas pero el Mirandés se mantuvo muy ordenado. El onubense disparó desviado desde la frontal del área y metía algo de vértigo al juego de los recreativistas. El Mirandés se acercó al área visitante en el 77’ cuando Romero falló una clara ocasión dentro del área. Tres minutos después llegó el segundo contratiempo de los recreativistas. Israel Puerto se lesionó y no pudo aguantar los diez minutos de partido que quedaban por delante.
Entonces, Salmerón pensó más en no correr riesgos que ir a por ese gol del empate que podría haber sido clave en la eliminatoria. Metió a Iván González, el defensa que quedaba por jugar en Anduva. Es cierto que el Recre no sufrió en el tramo final pero también es verdad que prácticamente renunció al ataque. Finalmente todo se decidirá en el Nuevo Colombino. El Recre está obligado a remontar un 1-0 en contra pero sabe que debe mejorar su eficacia en las dos áreas. Los albiazules no se pueden permitir otra pájara más y deben acertar de cara a gol. La afición no se da por vencida y se volverá a volcar con sus jugadores. Ahora, ojalá esa presión ambiental corra a favor del Decano.