Adaptarse rápidamente a una nueva realidad como el confinamiento resulta especialmente difícil para las personas con autismo, que requieren de rutinas estables que ahora tratan de reorientar junto a sus entornos familiares y profesionales.
Este 2 de abril el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo está marcado por la crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19, que está afectando en mayor grado a las personas con trastorno del espectro autista (TEA) y a sus familias.
En su caso, el impacto del encierro es significativamente mayor, ya que implica cambios sustanciales en su vida cotidiana y adaptarse rápidamente a una nueva realidad, frente a las dificultad que acarrea para ellos la adaptación a los cambios en su contexto, por mínimos que sean, señala la Confederación Autismo España en un comunicado.
Desde Autismo Aragón, su gerente, María José Plumed, recuerda en una conversación telefónica con Efe, cómo hace casi tres semanas, cuando se anunció el estado de alarma, hubo que explicarles muy bien las razones por las que había que quedarse en casa por un virus "que no se ve".
"Fue muy de repente para ellos, que necesitan bastante que se les anticipe y tener un motivo que puedan entender", señala Plumed, quien incide no obstante en que "cada persona es totalmente distinta" y, por ello, están sobrellevando de manera diferente la cuarentena.
Por ejemplo, su hijo, un joven de 28 años amante de la tecnología, lleva el confinamiento muy bien y ya ha hecho la reestructuración de su tiempo, que incluye una pequeña salida por la tarde.
Y es que, para intentar aliviar el impacto del confinamiento y no poner en riesgo su bienestar emocional, el Gobierno aprobó una instrucción que permite a las personas con TEA que lo necesiten salir a la calle, siempre siguiendo las recomendaciones establecidas por las autoridades sanitarias para evitar los contagios.
"Mi hijo sale todos los días a las 20.00 horas, aunque caigan chuzos de punta, pero hay otras personas con autismo que no quieren salir", señala la gerente de esta asociación, que agrupa a unas 250 familias aragonesas.
Una de ellas es la de Ángel, un pequeño de tres años y medio que necesita mucho movimiento y para el que, como explica su madre, Shelley Sánchez, no salir a la calle resulta muy frustrante porque "necesita correr y desfogarse a tope".
"Para los niños en general entender la situación es muy complicado. Y teniendo en cuenta que ellos no entienden en sí el mundo como nosotros es todavía muy difícil", ilustra la joven.
En el hogar de Ángel, estos días están tratando de adaptar la terapia habitual que el niño realiza con Autismo Aragón y que se desarrolla en "constante movimiento" mediante las pautas de los terapeutas y el ingenio casero.
Mientras, las tareas del colegio también continúan para él: "Es como si fuese al cole, de lunes a viernes, con un calendario con pictogramas, anticipamos todo lo que va a ir haciendo".
En el caso de este pequeño, sus padres prefieren pasar estos días en casa, ya que Ángel es un niño que "vuela y trepa". Por eso, la primera semana, en vistas de que el confinamiento "iba para largo", pudieron hacerse con un pequeño rocódromo, que se ha unido a los circuitos que los padres van preparando para que la terapia continúe en casa.
Desde Teadir Aragón, otra de las asociaciones presentes en la Comunidad Autónoma, su presidenta, María Jesús Sanjuan, señala que, dentro de la situación, los niños y adultos con TEA del grupo "lo están llevando bastante bien, a pesar de que no tienen en estos momentos la ayuda terapéutica".
Al apoyo de familia y terapeutas se suma el de los profesores que, como indica Sanjuan, están haciendo una labor "magnífica" en el caso de su hijo de 14 años, ya en el instituto, y que está trabajando mucho estos días y sobrellevando la situación "estupendamente".
Ante la imposibilidad de celebrar este año el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo de forma presencial, la asociación va a difundir en sus redes el videocuento "Encuentro" que, en poco más de cinco minutos "da a entender perfectamente lo que significa la posición de un niño autista en el mundo".
Y como dadas las circunstancias tampoco se podrán iluminar de azul los 350 edificios y monumentos que lo hicieron el año pasado en muestra de solidaridad, desde la Confederación Autismo España proponen adaptar la iniciativa a los tiempos que vivimos llenando de luz a las 21.00 horas los balcones y ventanas.
España
El confinamiento, un cambio de realidad para las personas con autismo
Requieren de rutinas estables que ahora tratan de reorientar junto a sus entornos familiares y profesionales
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