Resulta cada vez más evidente que la era post coronavirus que nos tocará vivir será muy distinta a la actual. Sociólogos y antropólogos coinciden en el diagnóstico: “Ya nada volverá a ser igual”. Julián Mesa, profesor de Sociología de la UNED de Jaén, tiene claro que la era post-coronavirus “va a cambiar muchas cosas”. De entrada, vislumbra que el uso de las tecnologías “se va a acelerar y se va a instalar en nuestra vida cotidiana”, al igual que ocurrirá con las relaciones contractuales en todos los ámbitos. Sin embargo, lo que más le preocupa es el impacto social de la crisis. “Va a haber una estratificación social más acentuada, donde se va a profundizar en las diferencias sociales y donde habrá una sociedad más empobrecida”.
Un escenario de dura recesión del que, según Mesa, no se librará esta provincia. “Es evidente que quien esté en una situación peor, lo acusará más”, pronostica, y pone un ejemplo: “Cuando Linares se estaba preparando para salir de la crisis de Santana llegó la crisis de 2008, y ahora estábamos esperando la ITI de la provincia de Jaén, pero quién nos garantiza ahora que todas esas inversiones se lleven a cabo con esta crisis”. Eso sí, este sociólogo extrae algunos factores que pueden atenuar en Jaén el impacto de la recesión que se adivina para los próximos años. El primero de ellos es la “fortaleza” del sector agrícola jiennense, con el monocultivo del olivar, donde las exportaciones tienen una buena oportunidad para seguir creciendo. Por otro lado, Julián Mesa cree que la configuración territorial de la provincia de Jaén, alejada del modelo de las megaciudades, es otro elemento que puede jugar a su favor. “Es una provincia con ciudades medias y, sobre todo, con mucho medio rural, donde se ha demostrado que se combate mejor una pandemia como la actual gracias a su mayor calidad de vida”.
Por su parte, José Luis Anta, catedrático de Antropología Social de la Universidad de Jaén (UJA), también vaticina un cambio drástico en los modos de vida tras el Covid-19: “Habrá más respeto hacia el contacto social, con lo que eso supone en una sociedad y una cultura como la nuestra tan amiga de la calle y los bares; Crecerá la desconfianza hacia nuestra realidad social más inmediata, casi me atrevería a predecir que nos espera una década de desconfianza absoluta hacia todo”. Este antropólogo invita a repensar nuestras pautas de comportamiento: “Como sociedad debemos reflexionar sobre el modelo económico que hemos tenido hasta ahora. No podemos volverá la normalidad que teníamos hasta ahora, era un simulacro de normalidad”, manifiesta Anta desde su vivienda rural en la Sierra de Las Villas donde ejerce el teletrabajo con la UJA. Y, de igual manera, espera que esta crisis nos haga ver lo necesario que es invertir en sanidad y en investigación. Sí que lamenta la “restricción casi totalitaria” de derechos que esta crisis sanitaria ha desencadenado entre la sociedad, y alerta del rebrote de los movimientos neofascitas aprovechando el caldo de cultivo de esta pandemia.
