Tras más de un mes desde que se decretara en España el estado de alarma por el coronavirus la incertidumbre cada vez es mayor para los hosteleros, cuyos establecimientos permanecen cerrados desde esa fecha. Según las previsiones para Málaga, la facturación a final del año podría caer entorno al 50 por ciento, por lo que reclaman al Gobierno seguir tomando medidas y "más reales" que puedan paliar la situación que se está dando y se dará en el sector.
Así lo ha informado el presidente de la Asociación de Hosteleros de Málaga (Mahos), Javier Frutos, que ha incidido en la facturación perdida a este mes, según las previsiones, era cercana a los 300 millones de euros.
Frutos, en declaraciones a Europa Press, ha mostrado preocupación ante la situación y ha señalado que "el principal problema que estamos viviendo ahora mismo es la incertidumbre que tenemos de cuándo vamos a abrir y cómo". "Ahora mismo es sobre todo en lo que estamos pensado; ya llevamos un mes de confinamiento y el problema es que no sabemos hasta cuándo puede durar esto y, obviamente, cuando abramos, cómo vamos a hacerlo", ha apostillado.
Al respecto, ha apuntado que lo que se está viendo en relación con los clientes es que "va a estar bastante bajo, con lo que ello conlleva para los distintos gastos generales que tenemos a diario". "A ver eso cómo se puede solventar", ha dicho, cuestionándose, también en ese sentido, si habrá más ayudas a través del Gobierno para eso.
Sobre las medidas ya anunciadas, ha incidido en que para los hosteleros "no son suficientes", valorando, no obstante, que las medidas de ERTE y por carácter de urgencia "sí eran positivas. Entendemos que la situación que se estaba dando, obviamente, era una situación que a todos nos había pillado desprevenidos y sin saber actuar".
"Llevamos un mes con esto y tenemos muchas peticiones que se han realizado y que al final creemos que eso va en beneficio del sector hostelero y empresarial en general", ha valorado.
Al respecto, se ha referido, entre otras medidas, a los alquileres: "Llevamos ya más de 15 días de abril y, tras un mes de confinamiento, con el tema de los alquileres no se ha hecho nada".
"Este tipo de medidas sí que las echamos de menos porque para nosotros es un gasto general", ha detallado, advirtiendo de que "ante la situación en la que estamos, esto no se puede dejar que dependa del propietario para llegar a un acuerdo u otro".
"Nos hemos encontrado de todas las casuísticas", ha insistido, añadiendo también otras reclamaciones como el aplazamiento de impuestos o la liquidez que se están dando: "Los ICO están tardando en llegar y no son lo suficientemente ágil que pretendíamos; sí que hubo una primera parte que llegaron más ágilmente, pero esta segunda parte tardan bastante".
"Son una serie de medias que tranquilizarían y agilizarían un poco esas perdidas que se están teniendo a día de hoy con los locales cerrados", ha destacado el presidente de Mahos.
No obstante, ha reiterado que el principal problema es "no poder trabajar y no saber cómo y cuándo volver", advirtiendo, además, de que "la vuelta no va a ser fácil en cuanto a clientes y en cuanto a la forma de trabajar". "El Gobierno tiene que seguir tomando medidas y tomando medidas más reales para paliar la situación que vamos a ver", ha apostillado.
En este punto, ha incidido en que, entre otros, se debe determinar cómo será la entrada gradual de los trabajadores a los establecimientos, ya que, a su juicio, "tras un ERTE no puede ser que eso ocurra de un día para otro". "No puede terminar el estado de alarma y los ERTE y tener a toda la plantilla, cuando posiblemente, no volvamos a poder trabajar al cien por ciento".
"Eso no tiene mucho sentido, por lo que yo creo que ahí hay que darle bastantes vueltas a la situación que hay ahora mismo porque, de lo contrario, se pueden llevar a muchas empresas por delante con lo que eso conlleva de pérdida de empleo", ha advertido.
Por último, cuestionado por si los establecimientos se han podido reinventar y apostar, por ejemplo, por llevar comida a domicilio, Frutos ha recordado que algunos, al principio, se quedaron abiertos "pero eran los mínimos, muy pocos". "Al final son muy pocos los que lo están haciendo, la inmensa mayoría, más del 90 por ciento han cerrado", ha concluido.