La Guardia Civil ha puesto a disposición judicial en calidad de investigados a un hombre de 41 años, vecino de un pueblo de Barcelona, y a dos mujeres de 19 y 35, de Parla (Madrid) y El Ejido (Almería), como presuntos autores de un delito de estafa a un vecino de Pinos Puente (Granada) en la venta de un reloj a través de Internet.
La víctima denunció en el cuartel de la Guardia Civil que el pasado mes de febrero compró un reloj que cuesta más de 800 euros a través de un conocido portal de compraventa por 275 euros, más ocho euros de gastos de envío, y que para pagarlo tuvo que hacer una transferencia a través de una tarjeta de Correos, que dicha transferencia se cobró, pero nunca le enviaron el producto.
La Guardia Civil abrió una investigación y los agentes han averiguado que detrás de esta presunta estafa había tres personas relacionadas que ni siquiera viven en la misma ciudad. Uno es de la provincia de Barcelona y las otras dos de Madrid y Almería.
Una de las mujeres es la que puso el anuncio del reloj en el portal de Internet a un precio muy rebajado para atraer a muchos clientes y los otros dos son los que se encargan de cobrar mediante transferencias realizadas a tarjetas de correos y de hacer desaparecer el dinero inmediatamente después de cobrado. Más tarde los tres se reparten el botín. La Guardia Civil está investigando la posible implicación de estos tres individuos en más estafas similares.
Por otra parte, la Guardia Civil de Armilla ha investigado a un vecino de Granada de 41 años como presunto autor de un delito de estafa por utilizar fraudulentamente las tarjetas bancarias de una mujer a la que le habían robado el monedero en un descuido.
La víctima denunció que tras perder la cartera habían utilizado sus tarjetas para hacer compras en un conocido centro comercial de Armilla siempre de menos de veinte euros para no tener que poner el PIN hasta agotar el crédito; y que a través de Internet también las habían utilizado haciendo compras por un valor superior a los 500 euros.
La Guardia Civil abrió una investigación y descubrió al presunto estafador en las imágenes de las cámaras de seguridad de uno de los establecimientos del centro comercial cuando hacía una de las compras.
Las sospechas se vieron confirmadas con el seguimiento que los investigadores hicieron de los objetos comprados a través de Internet, que llegaron al domicilio del investigado.