La Universidad de Sevilla, con la colaboración del Ayuntamiento de Sevilla y la Universidad Internacional de Andalucía, ha reprogramado y adaptado a los nuevos horarios por el toque de queda la XXIII edición del Festival de Jazz. La cita tradicional de mayo, que se aplazó en el primer estado de alarma, pasa a noviembre desafiando el segundo y acompasándose al toque de queda por la nueva ola de la pandemia. Un desafío, eso sí, desde el más estricto cumplimiento de las reglas sanitarias, apostilla la organización. De hecho, los conciertos que ofrecerán los seis grupos invitados empezarán a las 19.30 horas, una hora y media antes de lo que estaba previsto, y estarán aforados.
Del 7 al 15 de noviembre, el patio del Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla (CICUS) y el Espacio Turina, en la calle Imagen, acogerán la programación de un festival que se ha ganado con los años un hueco imprescindible.
La Universidad Internacional de Andalucía se une por primera vez a esta cita cultural. “Y lo hacemos con el ánimo de que sea la primera pero no la última”, ha señalado Manuel Acosta, vicerrector de Formación permanente y extensión cultural.
El delegado de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla, Antonio Muñoz, ha reiterado el “compromiso” municipal con el sector cultural para evitar a toda costa un “apagón”. Por su parte, Luis Méndez, director del CICUS, ha recordado que en 1998 nació este Festival de Jazz que ya es “una de las músicas de la Universidad”. “Pese a los condicionantes, ahora más que nunca hay que ser firmes en el compromiso con la cultura”, ha abundado.
El cartel de esta edición ha corrido a cargo de Manolo Cuervo, que precisamente hizo el de la primera edición, la de 1998.