Dos oportunidades electorales se están debatiendo en estos momentos. En Cataluña y en Andalucía. Mañana viernes se reúnen los partidos catalanes con el gobierno catalán para decidir si mantienen la fecha inicialmente acordada del 14 de febrero o las elecciones autonómicas se aplazan hasta mayo. Ya es inestabilidad que no haya presidente en Cataluña -Pere Aragonés es vicepresidente- desde la inhabilitación de Torra como para que esa situación anómala se prolongue medio año más. Analizarán la situación nada favorable del COVID en Cataluña -con posibilidad de punta de contagios en torno al 14 de febrero- y también sobrevolarán en la reunión los nuevos factores electorales como la irrupción de Illa como candidato del PSC y la consideración del PDeCat -Partido Demócrata de Cataluña- como heredero electoral, a la hora de espacios electorales gratuitos, de Convergencia en lugar del partido de Puigdemont, en el gobierno, JuntsxCat. No hay obstáculos legales para las elecciones porque el Real Decreto del estado de alarma lo contemplaba: "La vigencia del estado de alarma no impedirá el desenvolvimiento ni la realización de las actuaciones electorales precisas para la celebración de elecciones convocadas a parlamentos de comunidades autónomas.” Pero hay otras razones….
En Andalucía ha aparecido la especie, en forma de rumor político, sin conocerse el origen, de que el presidente Juan Manuel Moreno, que ya puede usar, aprobado en el BOJA, el nuevo escudo presidencial con “dos ramas de laurel que se unen en el vértice superior bajo la corona real española”, podría adelantar las elecciones casi un año, al final de este 2021, para coger desprevenido al principal partido de la oposición -PSOE-A- y que no pueda cambiar, por falta de tiempo y las condiciones de urgencia, el liderazgo controvertido de Susana Díaz. Ve como una oportunidad electoral enfrentarse a un PSOE sin un nuevo referente que pueda levantar el voto socialista. Al PP le ha costado 37 años llegar al poder autonómico andaluz y no es probable que quiera perderse, a las primeras de cambio, un año de gobierno por muy favorables que puedan ser las encuestas a la repetición del tripartito PP-CS-VOX-. La semana próxima el PSOE espera convocar el congreso para finales de octubre y a partir de ahí se encadenarán los regionales y locales. Tendrá que decidir su futuro pensando en una opción ganadora o, al menos, competitiva.