El socavón en el firma de la calle, justo en la parte que enlaza el asfaltado de la calle Faustino Ruiz con el trozo que el proyecto del tranvía dejó a bien acometer, tiene dentro de su desventaja por el simple hecho de ser un socavón, la ventaja de que está al final de la calle cruzando con la calle Real. Eso para los que suelen aminorar la marcha y no apuran la frenada, como es el caso de motos, bicicletas y patinetes.
Se trata del desgaste propio de la falta de mantenimiento de la zona que con las lluvias de las últimas semanas ha profundizado entre las dos zonas construidas y provocado un agujero de un desnivel de dos centímetros, lo que hace que la rueda de la moto en el mejor de los casos se lleve un llantazo de padre y muy señor mío, la de la bicicleta se quede directamente sin llanta y el patinete simplemente de una vuelta de campaña despidiendo al que va subido, que suelen ser chavales de los que apuran la frenada.
La verdad es que la calle Faustino Ruiz hace años que no recibe un arreglo “integral” y muestra de ello son los baches y parcheos que tiene. Pero es que la acera no se queda detrás.
Para las personas mayores, algunas de las cuales han tenido que ser trasladadas en ambulancia tras empotrar el tacataca en un agujero, es una pruebe de fuego antes de llegar a la calle Real y viceversa.
Es verdad que no es la peor calle de San Fernando y que ejemplos de demanda de arreglos hay muchas. Sobre todo en una ciudad tan familiarizada con los socavones para los que éste es una insignificancia (peligrosa). Y además tiene una ventaja añadida y es que en la esquina de iglesia de San Francisco está el azulejo del Sagrado Corazón de Jesús que estaba en la fachada del Ayuntamiento, al que muchos se encomiendan para pasar según a qué edades.
Y eso no lo tienen todas las calles que necesitan un arreglo.