El descenso de la actividad económica desde que se desató la pandemia no ha impedido que las muertes en jornada de trabajo aumentaran un 70 por ciento en la provincia sevillana durante el pasado año.
Así lo refleja el informe de siniestralidad laboral en Sevilla para el año 2020 presentado este jueves por CCOO, que constata un total de 31 fallecimientos por accidente laboral, la mitad de ellos en el sector servicios, detalla el sindicato en una nota de prensa.
"Esto supone que en la provincia muere una persona trabajadora cada 11 días, una cifra insoportable que obedece, en primer lugar, a que mientras gran parte de los sectores productivos sevillanos y decenas de miles de contratos de trabajo han quedado suspendidos, el estado de excepción laboral que llevamos años padeciendo se ha mantenido", ha explicado el secretario de Acción Sindical de CCOO de Sevilla, Carlos Aristu.
Además, el sindicato destaca que, un año más, se han incrementado las muertes por aquellas patologías relacionadas con el estrés y la ansiedad, como son los accidentes cardiovasculares o los infartos, que suponen más del 32 por ciento del total. "Y se han recrudecido porque, especialmente las mujeres, han tenido que asumir la doble carga del teletrabajo sobrevenido, sin condiciones óptimas para desarrollarlo, junto a los niños en casa durante el periodo en el que los colegios tuvieron que cerrar sus puertas", ha apuntado Aristu.
SINIESTRALIDAD POR SECTORES
Con respecto al aumento de la siniestralidad por sectores, en el caso de Sevilla más del 55 por ciento de los accidentes mortales se produjo en el sector servicios, seguido de la industria (19 por ciento), la construcción (16 por ciento) y la agricultura (10 por ciento).
En total, en Sevilla se producen 58 accidentes laborales al día, lo que, a juicio de Aristu, "refleja un modelo de excepción laboral que se consolida en muchas empresas y que denunciamos día a día desde CCOO, denuncias que sin embargo quedan atascadas en los despachos de la Inspección de Trabajo por carecer de recursos suficientes que le permitan ejercer una vigilancia exhaustiva del cumplimiento de la normativa para evitar que ir al trabajo no nos cueste la vida".
"Sabemos que el relativo a la salud laboral es un discurso incómodo, pero más incómodo es que CCOO tenga que explicarle a la familia de un trabajador fallecido en su puesto de trabajo que tardará años en que un juzgado le reconozca el origen laboral y los motivos de la muerte o en recibir una indemnización que no compensa la pérdida, pero que demuestra que hubo un empresario directamente responsable", ha señalado el secretario de Acción Sindical.
Aristu ha afirmado también que es "incómodo repetir constantemente que hay soluciones y que cada muerte en el trabajo es evitable". Porque tras cada una de ellas "hay un fallo en el sistema preventivo o una irresponsabilidad empresarial por no poner las medidas necesarias y obligatorias de prevención". Por eso, "seguiremos exigiendo la necesidad de inversión pública para reforzar la Inspección de Trabajo, para formar a las personas trabajadoras, especialmente a las más jóvenes, que realizan tareas peligrosas sin formación justo cuando se incorporan al mercado laboral", ha sentenciado Aristu.
