El Ayuntamiento de Granada sufragó en 2020 el entierro de 23 personas sin hogar o con escasos recursos que no podían afrontar los gastos de un sepelio "digno", una prestación social cuya demanda se ha incrementado en lo que va de año y que puede incluir una ceremonia religiosa en función de las creencias del fallecido.
Estos sepelios sociales no solo van a dirigidos a personas sin hogar, también a mayores que no tienen seguro de defunción ni herederos que se puedan hacer cargo de los gastos; a inmigrantes y a familias sin recursos para poder desembolsar los aproximadamente 2.000 euros que como mínimo cuesta un entierro.
Se trata de un servicio básico que incluye el féretro, el nicho y una placa con el nombre del fallecido. También se puede optar por la cremación si así lo demandan los allegados y la ceremonia se desarrolla de acuerdo a las creencias religiosas del difunto, según han informado a Europa Press fuentes municipales.
La solicitud de un sepelio social llega a través de diversas vías, la mayor parte de los servicios sociales; pero también desde la Policía o el Juzgado si la muerte está vinculada con un crimen o cualquier otro hecho delictivo.
Los servicios sociales se encargan de realizar en el plazo de un día el informe que acredite la falta de recursos para poder acceder a esta prestación, a la que el pasado año se destinó una partida global desde el área de Servicios Sociales de 37.068 euros que permitió enterrar a 23 personas. En lo que va de año ya se han realizado nueve sepelios sociales con un coste de 16.291 euros, lo que deja entrever un aumento de la demanda en estos tres primeros meses que ha coincidido con la época de frío.
La cifra fluctúa cada año, pero el área de Servicios Sociales viene notando un incremento de la demanda desde 2008 debido a de que los ciudadanos ya no mantienen la tradición de otras generaciones de contratar un seguro de defunción, de forma que llegado el momento existen complicaciones para afrontar los gastos repentinos de un sepelio. Así, el objetivo de esta prestación es que todos los ciudadanos reciban un entierro digno al margen de sus recursos económicos.