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El valor de la tradición en las manos de un niño

Los mayores y los pequeños compartieron ayer sus métodos de juego en la plaza de Las Madres. Por sexto año consecutivo se encuentran con los juegos populares

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  • Los niños disfrutan de los juegos, los pintacaras o el coloreo, así como de los payasos y las demás actividades. -
La sociedad avanza porque los mayores transmiten a los pequeños los valores, las tradiciones, las actuaciones correctas, el camino a seguir, etc. Los mayores son sabios que enriquecen a los jóvenes, a los menores, y eso es precisamente lo que pretende Nexojoven a través de los juegos populares, que haya un intercambio intergeneracional de los juegos de antes y los de ahora. Es el sexto año que, con más o menos ayuda o más permisividad por parte del tiempo meteorológico, los mediadores juveniles reúnen a los ciudadanos en torno a la plaza de Las Madres para disfrutar de una jornada de convivencia.

Ayer fue el sexto año de celebración de esta fiesta, que es el colofón a las actividades y la sensibilización que se llevan a cabo a lo largo del año en los distintos barrios de la Zona Norte. Entre 700 y 1000 personas pasaron por la plaza de Los Frailes para disfrutar de talleres de manualidades, coloreo, pinta caras, globoflexia, la comba, el tiro al blanco, el pañuelito, el paracaídas o los bolos humanos así como para ser participantes de las canciones de los canta cuentos, interpretadas por los payasos-mediadores y voluntarios, o la obra de teatro a cargo del grupo de teatro del IES José Luis Tejada. El tiempo acompañó y se produjo el objetivo final, ver a niños y no tan niños disfrutar de un rato juntos.

Los pequeños fueron los que más disfrutaron. Los que se animaron llevaban las caras pintadas y los que no se dedicaron a corretear por la plaza o a dibujar los más artistas. Una de las mediadoras, Laura Riqué, asegura que este año se repartieron 50 dibujos mas que en la edición anterior, 250 en total, y se acabaron en menos de una hora, señal sin duda de la capacidad de concentración que tienen los integrantes de Nexojoven.

La fiesta no quedó en los talleres y el teatro, ya que los participantes en los talleres del centro de servicio sociales Francisco Guerrero prepararon dulces y golosinas tradicionales, que repartieron entre todos los asistentes, y varios miembros de la asociación de vecinos de Los Frailes hicieron hasta ocho lebrillos de ajo caliente para compartir también con todos los que quisieran tomar un plato.

Ayer se dieron confluencia muchos valores, tradicionales o no, pero sí esenciales, la amistad, el compañerismo, la educación, la generosidad, el saber estar, las buenas prácticas, el respeto...Y eso se consigue fuera y dentro de casa, enseñando a los niños a jugar con otros (sin duda, son los que más fácilmente se adaptan a eso de conocer gente nueva), haciendo que respeten el medio que les rodea, mostrando que hay que cumplir unas normas para saber convivir con otros niños o incluso con los adultos, a saber pedir permiso para coger lo que no les pertenece, a ser educados...Por eso hay que ir más alla de lo que a simple vista parece una convivencia sin más.

La concejal de Bienestar Social, Mariola Tocino, también quiso acudir un rato a la plaza de Las Madres. Así, visitó los distintos talleres, se alegró del buen funcionamiento de la fiesta e incluso se acercó a felicitar a los mayores por el laborioso trabajo con los dulces y golosinas y a los vecinos de Los Frailes por su ajo caliente. Implicarse quizás haga que el año próximo, a pesar de que no ha cejado en el intento, puje para que este colectivo, que se implica con los más desfavorecidos de la Zona Norte y Barrio Alto, pueda tener subvenciones acordes al importante trabajo que realizan. Pero el de ayer no fue un dia de reivindicacion, sino de felicidad. Un año más, Andad-Madres Unidas contra la Drogadicción y su programa, Nexojoven, pueden estar orgullosos porque se cumplen muchos objetivos en un sólo acto, la concienciación de la sociedad de que no hay que discriminar, y menos a los niños, por su condición social, su cultura o su país de origen, la dinamización de los barrios de la Zona Norte y el Barrio Alto, y el hecho de conseguir que haya un punto de encuentro entre mayores y pequeños, algo que parece lejano y complicado en una sociedad tan individualista como la nuestra.

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