Vístete despacio que tienes prisa es un refrán español que casa perfectamente con la situación sanitaria que estamos padeciendo en este país que se sigue llamando España. Gobierno central y autonómicos han querido desacelerar cuanto antes para no perjudicar a la economía veraniega y se han topado con una inesperada quinta ola que ha producido la llamada de otros países para que sus ciudadanos se olviden de visitar nuestras costas e incluso el propio turismo nacional empieza a cancelar reservas a la vista del riesgo de transmisión del covid 19 que indican los números.
Igual el tema de quitarnos las mascarillas podría haber esperado, lo mismo el toque de queda se debería haber ampliado e incluso la movilidad debería haber aguardado algunas fechas más. Ha habido excesivas prisas, las mismas que le han entrado a Sánchez para atisbar el fin de la pandemia e iniciar, o intentarlo, con un nuevo Gabinete la recuperación económica. O las que ha tenido la Junta de Andalucía, que estaba haciendo una gestión espectacular, por normalizar la vida hasta tal punto que no ha cerrado perimetralmente poblaciones con tasas alarmantes ni ha valorado posibles restricciones a pesar de que la quinta ola se ha hecho ya presente.
Ojalá y esas prisas no pasen factura y el verano se siga vistiendo de alegría y consumo y cuando avistemos el otoño podamos vivir ya con esa plena normalidad que sigue vendiendo el Gobierno que ya anuncia la vuelta del público a los Estados de fútbol o a las canchas de baloncesto, como los caseteros entienden que habrá ferias en 2022, aunque antes quieren apoyos por los años perdidos, y los cofrades que habrá procesiones.
En este caso en Jerez somos unos adelantados porque el día 16 la Reina del Carmelo, aunque sin costaleros, se paseará por nuestras calles. Será motivo de posterior análisis.
