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Achacan la agresión al ?odio? que se vive en Italia

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, continuará hospitalizado por lo menos un día más, debido a la agresión que sufrió en la tarde del domingo en Milán tras un mitin y que sus aliados han considerado que es fruto del clima de ?odio y tensión? que se respira en el país.

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  • Massimo Tartaglia (c) agredió este domingo al primer ministro italiano. -
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, continuará hospitalizado por lo menos un día más, debido a la agresión que sufrió en la tarde del domingo en Milán tras un mitin y que sus aliados han considerado que es fruto del clima de “odio y tensión” que se respira en el país.

El primer ministro iba a ser dado de alta ayer, pero los médicos decidieron mantenerle en observación y hoy evaluarán de nuevo sus condiciones, según informó el doctor Alberto Zangrillo, jefe del departamento de Terapia Intensiva del hospital San Raffaele, de Milán, donde se encuentra hospitalizado.

“Mañana decidiremos, pero no es seguro que le demos el alta. Las consecuencias (del golpe) son más graves de lo que habíamos pensado en un primer momento, por lo que no se espera el alta antes de 24 ó 36 horas”, añadió Zangrillo.

La agresión al mandatario le ha producido un corte en el labio, la rotura del tabique nasal y de dos dientes de la arcada superior, lo que le causa dolor de cabeza y le hace difícil comer, según el parte médico.

Aunque, según refirió el presidente del Senado y dirigente de su partido, Renato Schifani, “más allá del dolor físico, lo que hace sufrir a Berlusconi es el odio político que se ha transformado en una agresión”.

Un clima de tensión que incluso, según desveló el portavoz del primer ministro, Paolo Bonaiuti, había hecho pensar a Berlusconi que le podría pasar algo.

“Paolo, ¿no sientes la tensión?, qué clima de violencia, qué espiral de odio nos rodea. ¿No piensas que puede pasar algo?”, comentó Berlusconi antes de llegar el domingo al mitin en la Plaza del Duomo de Milán, según aseguró Bonaiuti al canal de televisión Canale 5, propiedad del primer ministro.

Los correligionarios de Berlusconi coincidieron ayer en que la agresión no es el gesto aislado de Massimo Tartaglia, un hombre de 42 años que sufre de problemas mentales y que fue quien le arrojó la estatuilla que le hirió, sino que se deriva de la creciente atmósfera de “odio” contra el primer ministro que se vive en el país.

Para el titular de Defensa, Ignazio La Russa, no se trata de un gesto aislado, “porque lo más grave es el clima de odio del que nace”.

Según los conservadores, el principal causante de este “clima de odio”, es el líder del partido opositor “Italia de los Valores” (IdV), el ex magistrado Antonio Di Pietro, quien condenó la agresión, pero añadió que Berlusconi con su comportamiento y con su actitud “instiga la violencia”.

Aunque todos los representantes de la oposición declararon su solidaridad a Berlusconi, también desataron la polémica las declaraciones de Rosy Bindi, presidenta del primer grupo opositor, el Partido Demócrata (PD), quien consideró que Berlusconi y su Gobierno “se tienen que sentir responsables” del supuesto clima de odio.

Otro de los debates de ayer es si hubo o no fallos en el dispositivo de seguridad del primer ministro, a pesar de las dificultades de gestionar los frecuentes baños de multitudes que protagoniza Berlusconi.

El ministro del Interior, Roberto Maroni, explicó que se estudiarán los posibles errores, pero añadió que “Berlusconi tiene todo el derecho de acercarse a sus seguidores, porque esto es la democracia y la política”.

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