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Tecnología de invernadero con el calabacín

COAG Cádiz y el IEDT de la Diputación inician un proyecto para sacar rendimiento a las explotaciones agrarias, reutilizando las instalaciones de la flor cortada

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  • El proyecto se desarrollará en un invernadero de Chipiona. -

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, COAG, de Cádiz ha puesto en marcha junto al IEDT de la Diputación Provincial de Cádiz un novedoso proyecto para la mejora tecnológica de explotaciones agrarias de la provincia. Se trata de la utilización de la tecnología de los invernaderos de flor cortada para aumentar la producción de los cultivos hortícolas y alargar la campaña. En concreto, el proyecto, que se denomina ‘Mejoras tecnológicas para la agricultura gaditana’, ha elegido como cultivo para esta prueba piloto el calabacín y el sitio donde se va a desarrollar es clave: un invernadero de Chipiona. Es decir, se busca así una alternativa viable a la flor cortada, un cultivo en crisis que además ha sido muy castigado por la pandemia, aprovechándose además la inversión de innovación de estos invernaderos en beneficio, en este caso, del cultivo de calabacín.  

Según explica Miguel Pérez, secretario provincial de COAG Cádiz, este tipo de proyectos “abren una puerta de esperanza” a un sector que combate “una competencia desleal” frente a producciones extracomunitarias, y generan expectativas de cara al relevo generacional. El proyecto pretende, añade Pérez, aportar una alternativa viable al cultivo de flor cortada, adaptando las instalaciones existentes y modernizando la tecnología para adaptarlo a la producción de hortícolas. Busca, asimismo, la mejora de la competitividad de los productos agrarios, especialmente frente a los mercados extracomunitarios que venden sus productos en Europa, así como optimizar la germinación y crecimiento de las plantas hortícolas (precocidad), aumentar la eficiencia energética y bajar un 30% los costes fijos de producción. Asimismo, tal y como detalla la técnico de COAG Cádiz responsable del proyecto, Yolanda Gil, el objetivo del proyecto “es sustituir fuentes de iluminación suplementarias más eficientes que las existentes en el invernadero (incandescentes de 100W), mediante la tecnología de lámparas LED de 7W, con longitud de onda infrarroja que influye en el fotoperiodo, con la finalidad de que la producción de cultivos en invernaderos sea más sostenible y asequible, y puedan contribuir a mejorar el crecimiento y precocidad de los cultivos y por ende mejore la competitividad en los mercados”. Se propone de esta manera una alternativa tecnológica, que puede resolver los problemas en los invernaderos de falta de luz para los cultivos de invierno, “con el aumento del fotoperiodo -continúa explicando la responsable técnica-, aportando resultados mejorantes de la producción, ahorro energético y aumento de la economía circular de la provincia de Cádiz. Todo ello utilizando las instalaciones existentes y eliminando tecnología obsoleta”.

Para este proyecto en concreto, el IEDT de la Diputación de Cádiz, asume una inversión de 40.000 euros, que permitirá la sustitución de las lámparas y la adaptación del cuadro eléctrico con la provisión de temporizador y accionamiento remoto, mediante el alquiler de los equipos. El invernadero en el que se aplicará este proyecto comprende 8.000 metros cuadrados, si bien el ensayo se llevará a cabo en la mitad de la superficie al objeto de evaluar y contrastar las diferentes zonas de actuación. En cualquier ámbito de la sociedad la brecha tecnológica es un hándicap, pero en el mundo agrario cobra desgraciadamente un protagonismo determinante. Y es que la realidad agraria pone de manifiesto que existe una barrera a la hora de implantar nuevas tecnologías en general y, más acuciantemente, en el caso de agricultores con edad avanzada. Por esta razón, proyectos como éste suponen un gran paso de cara hacer más competitiva la agricultura y, por ende, más atractiva la actividad para los jóvenes, que pueden encontrar en este sector una oportunidad de empleo y desarrollo profesional. Es por ello que, para COAG Cádiz se hace necesario desarrollar iniciativas con inversión pública que muestren las enormes posibilidades que existen en el ámbito de la tecnificación del campo. El desarrollo de estos proyectos y la posterior difusión de los mismos pueden poner de manifiesto que los avances experimentados son perfectamente aplicables a nuestro campo. La alta competencia que impera en todos los sectores hace necesario optimizar los recursos y a la vez minimizar los gastos que se ocasiona en la agricultura.

Las exigencias emanadas de la Unión Europea en materia agraria hace que la actual agricultura desarrollada en los países europeos sea la más respetuosa del mundo, pero también la más exigente. Y es así en todos los ámbitos, es decir, desde el punto de vista de la lealtad hacia los consumidores (seguridad y salubridad de los alimentos, trazabilidad, etc.), en el respeto al medio ambiente (altas restricciones en el uso de sustancias fitosanitarias) y en las exigencias del cumplimiento de condiciones sociales y laborales obligatorias.

Los altos costes que soportan los agricultores, otro hándicap

En el contexto actual, a los problemas de la brecha tecnológica  y generacional para este sector, se unen otros obstáculos a tener en cuenta y que van a más: el agricultor europeo tiene unos costes más altos que los que soportan otros agricultores de otros países extracomunitarios que venden sus producciones en Europa. Eso casi obliga ala aplicación de las nuevas herramientas tecnológicas, de forma que con las mismas sean más viables nuestras explotaciones gaditanas, y todo ello en el contexto de mercado abierto en el que se encuentran.

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