De un vistazo rápido a los cambios en el PSOE y el PP, con Juan Espadas como portavoz socialista en el Senado y con Elías Bendodo depurado como coordinador general de los populares, pudiera desprenderse que el PSOE andaluz gana peso en Ferraz y que el PP andaluz lo pierde en la calle Génova. Sin embargo, de un estudio más reposado y profundo de éstos y otros cambios se evidencia que ocurre exactamente lo contrario. Los socialistas andaluces quedan descabezados en Andalucía y los populares andaluces ganan músculo y presencia en la dirección nacional del PP.
Por mucho que quieran decirnos que la tierra no es redonda, la tierra es redonda, y el líder del PSOE andaluz perderá presencia política y social en la extensísima Andalucía. No hay dirigente socialista que te encuentres, salvo los que han urdido esta operación, que no frunza el ceño y te pida por favor que no le vuelvas a preguntar por los efectos que tendrá que su secretario general compagine la oposición al ‘todopoderoso’ presidente Juanma Moreno con la portavocía en la cámara alta que el PP convertirá en un contrapoder al Gobierno de Pedro Sánchez. La perplejidad es tal que incluso se ha contagiado ese malestar a Sumar, que no entiende esta operación que va en detrimento, según lamentan, del intento de las fuerzas de izquierda de recuperar el gobierno de la Junta de Andalucía. Sin ir más lejos, el ex coordinador general de Izquierda Unida Antonio Maíllo verbalizó estas críticas contrariado con el “desistimiento” del PSOE por llegar de nuevo al Palacio San Telmo.
En la acera de enfrente, es cierto que Bendodo no mandará lo que ha mandado en los últimos años, pero el poder andaluz aumenta considerablemente con el regreso del incombustible Javier Arenas a la cúpula nacional del PP como secretario general de los populares en el Senado. Y por la séptima planta, la noble de Génova, -que nunca ocupó Bendodo- no sólo desfilará Arenas, sino la nueva vicesecretaria de organización, la castellano-manchega Carmen Funes, pero con una cercana vinculación a Andalucía y avalada por Arenas. Por tanto, de tener un número 3 (Bendodo) a tener otro número 3 (Funes), un número 5 o 6 (Bendodo como vicesecretario de política autonómica, municipal y análisis electoral) y el número siempre indeterminado pero expansivo de Javier Arenas.
Así que las cosas en esta ocasión no son lo que parecen y el paso del tiempo dará o quitará razones más pronto que tarde a movimientos erráticos en el PSOE y al empoderamiento andaluz de Feijoo.
