El carnaval, en su versión como certamen de coplas, se ha convertido en una de las expresiones culturales más significativas de Andalucía, avanzando cada febrero a pasos agigantados por toda la geografía nacional. Dicha fiesta es de las más esperadas y aquellos que la sienten como un estilo de vida se llevan todo el año inmersos en los diferentes formatos que la compone: letras, músicas, disfraces, telones, maquillajes, etc., buscando siempre la mejor versión que cuadre a la perfección en el todo, representado en un concurso desarrollado en el Gran Teatro de La capital onubense.
Este año, la Federación del Carnaval Colombino tomó la decisión de llevar a cabo su concurso, esperando que la pandemia no mantuviera el estado de alarma que obligó a la suspensión del pasado certamen, un riesgo que no todas las localidades carnavaleras asumieron, suspendiendo el carnaval de 2022 o aplazándolo a meses posteriores. Los grupos comenzaron los ensayos casi con normalidad, siempre dentro de las limitaciones establecidas y respetando las directrices exigentes ante el Covid-19. A medida que avanzan las fiestas navideñas, el virus vuelve a propagarse de forma significativa y con ello llegan las restricciones en nuestros hábitos. En general, los carnavaleros que trabajan cada día en los cuartos de ensayos empiezan a preocuparse sin saber que ocurrirá en febrero tras los conocidos y multitudinarios rituales de cenas, fiestas y zambombas -a miles- de este diciembre.
Han sido muchas noches de esfuerzo sin contar los gastos económicos que cada grupo ha realizado en disfraces y atrezos para la ocasión, un riesgo que TODOS asumimos amparados en un posible concurso que aún no logro visualizar y que no está cumpliendo con las expectativas deseadas. ‘Las cuentas’ al final de los días, a pesar de la ampliación del plazo de inscripciones, no salen y me temo que alargar la agonía sin aportar alternativas es abocarnos a un futuro incierto y poco alentador. En esta tesitura se encuentras las más de 25 agrupaciones que actualmente están inscritas para el Colombino, que esperan con cierta tensión algún movimiento por parte del consistorio o de la Fopac que ofrezca una visión más aclaratoria sobre el desarrollo de la fiesta, aún en pleno proceso de inscripción hasta el día 31 de diciembre.
Los contagios ya comienzan a paralizar los ensayos y muchos directores y autores observan con preocupación este desastre, que a pesar de las medidas, podría continuar durante el concurso, dejando fuera a muchos grupos por cuarentena o aislamiento de sus integrantes. Creo que es hora de asumir esta realidad y tomar conciencia de las dificultades y controvertidas situaciones futuras, planteando decisiones más acordes a estos tiempos y siempre dentro de los parámetros establecidos por ley, sin temor a rectificar dentro de la coherencia que se requiere, por y para el bien de todos los que componemos el carnaval de Huelva.