Largo día el pasado domingo de elecciones autonómicas, en el que los andaluces tenían una enorme responsabilidad que supieron atajar en primera instancia, frenando una falsa esperanza mal vestida que auguraba en esta tierra un mal presagio. “De lo malo, lo mejor” es una de las frases más oídas en estos días y que visualiza una realidad para muchos andaluces, que optaron por ceder su voto al partido Popular logrando una mayoría absoluta histórica, sin sombras y con claras intenciones de “agarrarse al mástil de por vida”.
Ya sabemos que la política social no promete amor eterno, aunque puedan durar cuatro décadas, y serán cuatro años de reestructuración y de un seguimiento exhaustivo en el que el Partido Socialista, sobre todo, deberá tomar medidas. Pero más allá de lo que se observa a simple vista: asentamiento del Pp en toda Andalucía, desaparición de Ciudadanos, baja participación en general, destrono del PSOE, etc. Me siento muy orgulloso del sentir de esta tierra, que ha visualizado con rapidez las pretensiones absurdas del rancio abolengo más peligroso de estos tiempos, y sí, hablo de Vox, que apunta: “Para ser español no es suficiente haber nacido en España sino algo más”, dejando claraS sus intenciones más oscuras y macabras, donde “las personas que se acuestan con personas” empezarían a peligrar. Y eso, no podíamos tolerarlo. Andalucía ha sabido colocar de momento, un buen cortafuegos en el que se den de bruces y hemos dejado claro que no somos tan “partidarios de la discriminación”.
Llevar como estandarte la xenofobia y el racismo no ha calado en esta tierra y menos el planteamiento de sustituir las alambradas por enormes muros, de ahí su intención del veto migratorio a los países musulmanes, que “no tienen nuestra misma clase” y “es de donde proceden los autores de asesinatos machistas en España”. Curiosamente, el 63% de dichos actos son cometidos por españoles y el otro 37% del resto de países del mundo, algo que no digo yo, lo expone la Memoria del Consejo General del Poder Judicial.
Otro enfrentamiento directo que han tenido Vox con los andaluces es el feminismo, “que los oprime” (a los hombres de Vox) y un piropillo a una mujer para Abascal, concretamente, es un derecho. Pero otras perlas como la del aborto: “No puede haber un solo euro público para acabar con la vida” y otras sandeces como la defensa del matrimonio tradicional entre hombre y mujer, o comparar a los docentes con pederastas han determinado esta decisión, minimizando ese patriotismo populista y barato, y por suerte, efímero, del que podría seguir hablando, pero creo que Andalucía lo ha dicho más claro y hasta el momento, no hay más que decir. Y no, de Macarena Olona no diré nada, ella sabe expresarse bastante bien.