Decathlon, Dhul...¿Ikea?

Se le acaba la fecha a Ikea para prorrogar la licencia comercial del centro que debería estar ya construido y abierto en Granada. La Junta de Andalucía le ha prorrogado los plazos dos veces y todo termina en apenas unos días, concretamente el 15 de febrero, sin que la multinacional sueca muestre interés -desde hace dos años- por querer establecerse en Granada.

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Los problemas de la firma para establecerse en la vecina provincia parecen ya insalvables, incluso con procedimientos judiciales de por medio. Ya en octubre escribí sobre estos pormenores, animando a nuestra alcaldesa y sus concejales a que cojan un coche y viajen con una propuesta y terrenos que presentar a los mandamases de la multinacional sueca del mueble.
Desde luego es lo que están haciendo varias localidades de Almería y Granada, conscientes de la pretensión y empeño de Ikea de abrir un centro comercial por cada millón de habitantes y por el que quieren uno que abarque las provincias de Granada, Jaén y Almería, sabedores de que un Ikea genera no sólo empleo, sino una amplia área comercial que arrastra a otras firmas y es capaz de mover a miles de personas de unas provincias a otras. Ikea es, hoy por hoy, un fenómeno social que arrastra a masas y por ello su valor de implantación en un territorio es muy codiciado.
De la misma manera que, gracias al empeño y trabajo de un político de Jaén, Dhul va a establecer una planta de producción en nuestra capital, o Decathlon abrirá frente al estadio de la Victoria su centro para Granada, Jaén y Almería… ¿por qué no luchar para que Ikea se establezca en nuestra ciudad de Jaén? La ciudadanía ya ha tomado voz creando en facebook un grupo de amigos de 'Ikea para Jaén ya'. Ahora nuestros políticos deben pasar a la acción y conseguir para nuestra capital esta firma sueca que sea capaz de mover flujos de gente que, desde Granada y Almería, vengan a Jaén y así se invierta la fórmula de siempre por la que los jienenses tradicionalmente hemos sido quienes nos hemos ido a provincias cercanas a dejarnos los cuartos. A por ello.