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Sábado 23/11/2024
 
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?Sorprende la amabilidad de Jaén?

Con un 98 % de ocupación el Parador de Jaén es actualmente el mejor de España y uno de los diez alojamientos más valorados en todo el mundo, pero sigue sorprendiendo a los turistas la amabilidad de los jienenes

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  • El director de Parador de Jaén, Manuel Vieites Rodríguez, en el desayuno con VIVA JAÉn, en el propio establecimiento que dirige.
Fue en el antiguo Alcázar, donde hoy se levanta el Castillo de Santa Catalina, donde los Reyes Católicos, según la crónica de Fray Bartolomé de las Casas, recibieron por primera vez a un joven llamado Cristóbal Colón, que les habló de una nueva ruta para llegar a Las Indias. Corría el año 1489. Casi cinco siglos después, donde en su día se levantara la Torre de Aníbal, tras el paso de los ejércitos del general cartaginés, en 1965, el Ministerio de Información y Turismo construyó el Parador de Jaén, dentro del antiguo recinto amurallado, bajo la dirección del arquitecto de la obra José Luis Picardo Castellón. “Después de 45 años vamos a llevar a cabo un proyecto para adaptarlo al Parador del siglo XXI, que seamos un alojamiento verde, que contemple energías fotovolcaícas, entre otros conceptos”, explica el director del Parador de Jaén, Manuel Vieites Rodríguez.
Con una inversión de doce millones de euros espera tener el proyecto definitivo en el mes de noviembre y concretar las fechas que permanecerá cerrado al público. “Como lo fuera hace siete u ocho años el Parador de Córdoba, en la actualidad, el de Jaén, es el mejor alojamiento de Paradores de España y se encuentra entre los mejores del mundo según la prestigiosa revista americana Fodor's, para cuya elección se ha tenido en cuenta la opinión de los clientes vertida en internet”, añade Manuel Vieites.
Aunque el atentado del 11-S ha hecho mucho daño al turismo norteamericano, actualmente el Parador sigue recibiendo un 25 por ciento de visitas extranjeras, frente a un 75 por ciento españolas y tiene un nivel de ocupación del 98 por ciento. “Poco a poco se va recuperando el turismo americano, pero principalmente son ingleses, franceses e italianos los que se alojan en el Parador”, añade el director, que está cansado de oír hablar de crisis y de pesimismo. “El pesimista es una persona que está mal informada”, advierte Vieites, que habla del potencial que tiene Jaén, que debe ponerse en valor.
Desde su experta y tenaz dirección, Manuel Vieites apuesta por estrechar mucho más los lazos que existen entre el Parador y la ciudad. “Yo veo crecer la ciudad, veo que se hacen cosas, que se abre el Raudal de la Magdalena, que se apuesta por la peatonalización. Hay que trabajar porque la Catedral sea Patrimonio de la Humanidad y para ello es necesario que haya un ámbito peatonal y un transporte que cambie la movilidad, como puede ser el tranvía, que ya funciona en muchas ciudades españolas y en la mayoría de Europa”.
No obstante, Manuel Vieites reconoce que la relación del Parador con la ciudad “adolece de los avatares que tiene un matrimonio, pero perdura a lo largo de los años”. Para Vieites es fundamental que el ciudadano sienta que tiene una parte del Parador donde puede acudir y que se sienta orgulloso de él. “Esa idea es la que queremos recoger también en la remodelación, que aunque ampliará en siete u ocho habitaciones la oferta de alojamiento, sirva para dotar de más espacios para los ciudadanos, como una terraza en la que se puedan disfrutar de las espectaculares vistas”.
Reconoce también la importancia de que los ciudadanos se sientan partícipes de su Parador. “Lo que más sorprende a los turistas y más valoran cuando se van de aquí, por encima de la tranquilidad y del enclave, es la amabilidad de los jienenses, que en muchas ocasiones los acompañan hasta el Parador desde la ciudad”.
Honra por ello el Parador de Jaén a su ciudad y a sus vecinos y trata de propagar su riqueza cultural a través de todos los sentidos. Lo ha hecho con el mes de los cocidos en una apuesta por la buena cuchara y el puchero tan jienense y andaluz. Lo hará el próximo día 19 con la cena del día de los enamorados y la primera gala lírica, una nueva oferta para la ciudad, y lo hará dentro de muy poco con otro emblemático proyecto, el túnel de los aromas, que promocionará la riqueza del aceite de oliva.

Fantasmas y celebridades comparten habitación

El director del Parador de Jaén, Manuel Vietes Rodríguez, gallego afincado en la capital se siente bien acogido en esta ciudad y mejor por el Parador y su rica historia. Se enorgullece cuando recuerda que el general De Gaulle se alojó un tiempo en el Parador y escribió parte de sus memorias. O la gran actriz y amante de lo español Ava Gadner, o la Casa Real, así como una larga lista de actores, directores y escritores que no quiere mencionar. “Una de las cosas que buscan aquí es precisamente la tranquilidad y la discreción”, explica
Quizá sean los misterios que envuelven el Castillo de Santa Catalina y el Parador lo que haga que Vieites se sienta como en casa, como en la Galicia de las ‘meigas’. Aquellos viajeros que quieran vivir emociones fuertes pueden alojarse en las habitaciones 22 y 23, donde dicen que habita el fantasma de una de las concubinas del rey musulmán de la alcazaba. Según cuenta la leyenda, en uno de los asedios a la fortaleza por parte de los cristianos, fue encerrada donde actualmente se encuentran las habitaciones 22 y 23. Tras declararse un incendio nadie pudo sacarla de sus aposentos y desde entonces su alma pasea por el Parador, manifestándose en esas habitaciones.
Pero como quiera que el Parador de Jaén es el mejor de España y uno de los mejores del mundo, cuenta con más fantasmas. Quizá la más conocida de ellas sea la de la amante del Condestable Iranzo, en cuya habitación se siguen escuchando ruidos y lamentos, y que se dice que se interpone cuando alguien intenta retratar a su amado. O la del gobernador Omar y su esposa Zoraida. Una tarde fue reclamado en la ciudad por el Cadí y partió al galope. No volvió y su esposa, tras una angustiosa noche, salió en su busca; lo encontraron con un puñal en la espalda en un altozano cercano al castillo. Tal era el dolor de la viuda que se abrazó al cadáver y murió llorando junto a él.

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