Los deslizamientos de terreno en la peña afectan a dos casas
Las familias denuncian que llevan siete meses ?sin dormir porque nadie actúa?
El deslizamiento de terrenos que dio la cara hace una semana en la ladera de la peña de Arcos, junto a El Cómpeta, agrava sus consecuencias al afectar a dos viviendas contiguas al lugar de los hechos. Las familias propietarias de los inmuebles situados junto al molino de Algarrobo viven con la amenaza continua que supone la presión que ejerce el talud de tierra de la peña sobre el muro de sus viviendas, hasta el punto de que un pequeño dique de contención fue literalmente arrancado por la avalancha de tierra. Aún, los restos de la arenisca y de las abundantes chumberas características del paisaje permanecen sobre la azotea de sus casas.
Sin embargo, estos hechos tuvieron su origen el pasado invierno como consecuencia de las copiosas lluvias. Una inspección municipal, e incluso la visita personal de la alcaldesa Josefa Caro, no ha servido aún para que estas familias reciban algún tipo de ayuda, no económica sino de trabajo y materiales, aseguraban a este periódico. De hecho, denunciaron hace siete meses el peligro que corren y nadie ha tomado cartas sobre el asunto, declaran.
Mientras tanto, la presión de tierra sigue provocando humedad y el agrietamiento de paredes y suelos, sin que por ello puedan hacer uso de algunas estancias de la propia azotea. Según los afectados, los técnicos les ordenaron que no hicieran trabajo alguno para retirar los restos del desprendimiento. El Ayuntamiento les dijo además que no había medios económicos para la obra. Así lo afirman ambas familias, que temen que la situación vaya a peor con las próximas lluvias.
Estos deslizamientos del terreno, al margen de los efectos del temporal, ha sido provocada en parte por la manifiesta usurpación que se ha hecho de las cornisas de las peña, donde no sólo se han amputado las chumberas del terreno dejándolo suelto, sino donde incluso se ha horadado la tierra para pequeños huertos e instalado algunos gallineros.
Sin embargo, esta última agresión sobre el paisaje no es nueva, pues ha formado parte del modo de vida de algunos vecinos sin respeto por el medio y por una peña que es emblema de su ciudad y que aspira a su declaración como monumento natural.
A todo, todavía permanecen los restos del corrimiento de tierras y chumberas de hace una semana, cortando el antiguo camino de la peña y con las visibles muestras de haberse llevado por delante un muro y una caja eléctrica cuyos cables han sido esquilmados. Además, se aprecian restos de escombros procedentes de obras cercanas y otras basuras que son arrojadas desde la zona de El Cómpeta y ladera de San Agustín. Con su duro contraste, una imagen que se produce a escasos metros de los caminos de paseo del Guadalete y del molino de Algarrobo.
Por ahora, el único partido que ha denunciado esta situación que sufre la peña ha sido Ai-Pro, que visitó a los vecinos afectados hace unos días y aprovechó para ofrecerse a realizar los trabajos necesarios para la restauración de las viviendas dañadas. Su portavoz pidió una actuación urgente en esta parte de la ciudad.
El Ayuntamiento no puede actuar en una vivienda
La alcaldesa de Arcos ha admitido los problemas de consolidación de la zona de la peña próxima al molino de Algarrobo, pero ha culpado a algunos vecinos de haber construido muros con materiales inadecuados e incluso al anterior Gobierno del PP por haber permitido construcciones de dudosa legalidad medioambiental. Como ejemplo, Caro mostró una postal de los años ochenta en la que se observa la parte de la peña en cuestión sin viviendas, y cómo esas casas han provocado deslizamiento de terrenos, al igual que los pequeños huertos o las improvisadas explanadas para la instalación de corrales. Caro dijo además que el Ayuntamiento trabaja en una valoración del lugar a fin de determinar si los vecinos corren peligro inminente. No obstante, reconoció que se han dado problemas legales y económicos para solucionar el problema, ya que el Ayuntamiento no puede actuar bajo ningún concepto en una vivienda particular. Además, aclaró que el Ayuntamiento ha realizado inspecciones en la zona, incluso de Salud, con vistas también a preservar las murallas almohades cercanas. A todo, la Delegación municipal de Medio Ambiente procederá a la resiembra de las chumberas arrancadas. Mientras tanto, la investigación para aclarar el corrimiento de tierras de hace una semana continúa abierta por parte del Ayuntamiento, que sigue sosteniendo que el origen de este suceso fue la negligencia de un vecino que empapó con agua de riego la ladera que se vino abajo literalmente arrastrando tierra, piedras y chumberas.
Sin embargo, estos hechos tuvieron su origen el pasado invierno como consecuencia de las copiosas lluvias. Una inspección municipal, e incluso la visita personal de la alcaldesa Josefa Caro, no ha servido aún para que estas familias reciban algún tipo de ayuda, no económica sino de trabajo y materiales, aseguraban a este periódico. De hecho, denunciaron hace siete meses el peligro que corren y nadie ha tomado cartas sobre el asunto, declaran.
Mientras tanto, la presión de tierra sigue provocando humedad y el agrietamiento de paredes y suelos, sin que por ello puedan hacer uso de algunas estancias de la propia azotea. Según los afectados, los técnicos les ordenaron que no hicieran trabajo alguno para retirar los restos del desprendimiento. El Ayuntamiento les dijo además que no había medios económicos para la obra. Así lo afirman ambas familias, que temen que la situación vaya a peor con las próximas lluvias.
Estos deslizamientos del terreno, al margen de los efectos del temporal, ha sido provocada en parte por la manifiesta usurpación que se ha hecho de las cornisas de las peña, donde no sólo se han amputado las chumberas del terreno dejándolo suelto, sino donde incluso se ha horadado la tierra para pequeños huertos e instalado algunos gallineros.
Sin embargo, esta última agresión sobre el paisaje no es nueva, pues ha formado parte del modo de vida de algunos vecinos sin respeto por el medio y por una peña que es emblema de su ciudad y que aspira a su declaración como monumento natural.
A todo, todavía permanecen los restos del corrimiento de tierras y chumberas de hace una semana, cortando el antiguo camino de la peña y con las visibles muestras de haberse llevado por delante un muro y una caja eléctrica cuyos cables han sido esquilmados. Además, se aprecian restos de escombros procedentes de obras cercanas y otras basuras que son arrojadas desde la zona de El Cómpeta y ladera de San Agustín. Con su duro contraste, una imagen que se produce a escasos metros de los caminos de paseo del Guadalete y del molino de Algarrobo.
Por ahora, el único partido que ha denunciado esta situación que sufre la peña ha sido Ai-Pro, que visitó a los vecinos afectados hace unos días y aprovechó para ofrecerse a realizar los trabajos necesarios para la restauración de las viviendas dañadas. Su portavoz pidió una actuación urgente en esta parte de la ciudad.
El Ayuntamiento no puede actuar en una vivienda
La alcaldesa de Arcos ha admitido los problemas de consolidación de la zona de la peña próxima al molino de Algarrobo, pero ha culpado a algunos vecinos de haber construido muros con materiales inadecuados e incluso al anterior Gobierno del PP por haber permitido construcciones de dudosa legalidad medioambiental. Como ejemplo, Caro mostró una postal de los años ochenta en la que se observa la parte de la peña en cuestión sin viviendas, y cómo esas casas han provocado deslizamiento de terrenos, al igual que los pequeños huertos o las improvisadas explanadas para la instalación de corrales. Caro dijo además que el Ayuntamiento trabaja en una valoración del lugar a fin de determinar si los vecinos corren peligro inminente. No obstante, reconoció que se han dado problemas legales y económicos para solucionar el problema, ya que el Ayuntamiento no puede actuar bajo ningún concepto en una vivienda particular. Además, aclaró que el Ayuntamiento ha realizado inspecciones en la zona, incluso de Salud, con vistas también a preservar las murallas almohades cercanas. A todo, la Delegación municipal de Medio Ambiente procederá a la resiembra de las chumberas arrancadas. Mientras tanto, la investigación para aclarar el corrimiento de tierras de hace una semana continúa abierta por parte del Ayuntamiento, que sigue sosteniendo que el origen de este suceso fue la negligencia de un vecino que empapó con agua de riego la ladera que se vino abajo literalmente arrastrando tierra, piedras y chumberas.
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