El asunto ha sobrepasado los límites de lo meramente asociativo para convertirse “en un tema personal”, según reconoce el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos Solidaridad, Sebastián Peña.
La cuestión es bien sencilla. La presidenta del colectivo, Inés Castilla, no gusta a un sector de la asociación, entre el que se encuentro la secretaria, Paqui Argudo, que recientemente ha puesto una denuncia en Comisaría contra un familiar de la primera por una supesta agresión.
A este punto se ha llegado después de que las partes se hayan convertido en enemigos irreconciliables. La cosa no tiene visos de solución, ya que todo depende de que se aplique cordura al asunto.
Los críticos, a través de Paqui Argudo, aseguran que han recogido 300 firmas que han presentado a Solidaridad pidiendo la expulsión de la presidenta. Sin embargo, Sebastián Peña afirma que “ahora tendrán que demostrar que han sido recogidas en la barriada, porque tenemos entendido que se han conseguido también en sitios como Torresoto y San Juan de Dios, y para un motivo distinto, formar una nueva asociación vecinal”.
Asimismo, Peña asegura que tras intentar mediar en el conflicto, la federación ha estado presente en varias asambleas, “donde no se respeta el orden del día por parte de quienes quieren echar a la presidenta, que enseguida sacan a relucir cuestiones personales”.
el ayuntamiento
En la Federación de Asociaciones de Vecinos Solidaridad se encuentran descolocados con este asunto. Una cuestión interna de una asociación en la que “Paqui Argudo, que quiere coger aquello a toda costa, acude a nosotros para que echemos a la presidenta”, afirma Sebastián Peña, quien dice que es la Delegación de “Participación Ciudadana la que tiene que intervenir”.