El 66,1% de las personas sin hogar atendidas por Cruz Roja tenía trabajo cuando se quedó en situación de calle, pero la informalidad, la precariedad, la temporalidad y los bajos salarios no les permitieron evitar caer en esa situación, al tratarse, muchos de ellos, de "trabajadores pobres".
Esta de una de las observaciones del informe "La discriminación y la vulnerabilidad social de las personas en exclusión residencial atendidas por Cruz Roja", presentado este martes en la sede de la ONG en España y realizado a través de una encuesta a 979 personas atendidas por la entidad y seis grupos focales con afectados y expertos.
Los resultados llaman la atención sobre el hecho de que el 66,1 % de las personas manifestaron que tenían trabajo antes de quedarse sin techo. Una buena parte, un 25,5 %, ejercía en la economía sumergida o haciendo chapuzas pero otro 33,4% lo hacía con un contrato a tiempo completo y un 7,2 %, a tiempo parcial.
"Entre la vida de muchas de las personas que hoy carecen de hogar y la nuestra hubo un momento en que no existieron grandes diferencias", ha señalado en el acto de presentación este martes la directora de la Cruz Roja Española, María del Mar Pageo.
La pérdida de calidad en el trabajo ha "destruido", en parte, la premisa de que el empleo es "un mecanismo de inclusión social que asegura los ingresos y las relaciones personales", apunta la ONG como una de las conclusiones del informe.
De hecho, el 22,4 % de las personas en situación de calle tiene actualmente un trabajo, la mayor parte en la economía sumergida, entendiendo como tal cualquier actividad remunerada al que dedicaron al menos una hora de su tiempo en los siete días previos a la encuesta.
Pero la mayoría de las personas sin hogar en España (53,6 %) son desempleadas y un 15,9 %, inactivas, con la jubilación (8,1 %) y la incapacidad laboral permanente (5 %) como las situaciones más frecuentes.
En cuando a la situación residencial, la mayoría de las personas sin hogar atendidas por Cruz Roja (66,5 %) vivían en un piso o una vivienda unifamiliar antes de quedarse en la calle y, aunque lo más frecuente es el régimen de alquiler, hay "una proporción considerable" de personas, el 20,8 %, que eran propietarios.
Dos de cada diez mujeres sin hogar han sido agredidas sexualmente
Sobre el perfil de las personas sin hogar en España, la encuesta señala que el 53 % ha nacido en España, aunque ha crecido el número de inmigrantes, y siguen siendo en su mayoría hombres, pero la cifra de mujeres ha aumentado progresivamente y ya llega al 18 %.
La mayor parte (51 %) son personas entre 45 y 64 años pero también se ha intensificado en los últimos años el número de personas menores de 30 años, hasta un 18,5 %.
El informe dado a conocer hoy refleja que prácticamente 8 de cada 10 personas sin hogar (el 78,1 %) han experimentado discriminación, sobre todo aporofobia (68,3 %).
De todos ellos, solo el 15,5 % ha acudido a la Policía o a un Juzgado, el 30,9 % de ellos por pensar que sería "inútil" interponer una denuncia.
En el caso de las mujeres, estas se enfrentan a peligros agravados por razón de su sexo: el 21 % ha sido agredida sexualmente, el 20 % ha sufrido acoso o persecución y el 35 % ha vivido humillaciones.
Los porcentajes son "sistemáticamente más elevados" que los de los hombres y ellas presentan "un mayor grado de exclusión social y un deterioro más grave de la salud" que la población masculina, indica el informe.
Ante esta realidad, desde Cruz Roja advierten de la escasez de recursos específicos dirigidos a mujeres y el menor número de plazas existente en módulos femeninos de albergues y pisos e instan a las instituciones a adoptar "mayor perspectiva de género" en el diseño e implementación de medidas contra el sinhogarismo.
Romper con viejos mitos: Las personas sin hogar no beben más alcohol que el resto
La percepción de la salud en las personas sin hogar es peor que el del resto de la población (15,9 % frente al 7,04 declara que su salud es mala o muy mala), también en cuanto a la salud mental.
Los problemas relacionados con el bienestar emocional en las personas sin hogar presentan "tasas muy superiores" al del resto de ciudadanos, especialmente el sentimiento de soledad (4,3 veces más que la población general), la depresión (3,7 veces más) y la tristeza (34 % frente al 16,9 %).
En el informe, Cruz Roja señala que el recurso al consumo de alcohol y sustancias puede actuar en estas personas como estrategia de "evasión mental" ante su situación y también para hacer frente al hambre y al frío.
Sin embargo, resalta que "contra el estereotipo dominante en el imaginario colectivo", el consumo de alcohol en la población analizada es inferior al del resto de personas: 34,3 % frente a 35,1 %.