El presidente chino, Xi Jinping, ordenó al Banco Popular de China (BPC, banco central) que retome las compras de bonos del Tesoro, una maniobra poco habitual dado que la última vez que se produjo fue hace unas dos décadas, informa este jueves el diario hongkonés South China Morning Post.
"Es necesario enriquecer la caja de herramientas de política monetaria. El BPC debe incrementar gradualmente sus transacciones con bonos del Tesoro en sus operaciones de mercado abierto", indicó el mandatario en un discurso sobre la labor financiera pronunciado en octubre del año pasado y publicado recientemente.
Sin embargo, en los cinco meses posteriores a esas palabras, los registros públicos muestran que el BPC todavía no habría comenzado a comprar este tipo de títulos en el mercado abierto.
El mencionado rotativo califica esta instrucción de "infrecuente e inesperada", ya que, desde principios de siglo, el banco central ha usado otros métodos como las herramientas de représtamo o las rebajas de requisitos de reserva bancaria cuando necesitaba inyectar liquidez en los mercados.
"El BPC debe implementar bien las políticas monetarias y proteger la estabilidad general del mercado financiero", apuntó Xi durante la conferencia quinquenal de labor financiera; el mandatario llamó a la estabilización de la oferta monetaria y al mantenimiento de un nivel "razonablemente amplio" de liquidez, al tiempo que reclamó más crédito para segmentos como la manufactura avanzada, la innovación tecnológica, el desarrollo 'verde' o los pequeños negocios.
Ding Shuang, analista de Standard Chartered, subrayó que la compra de bonos gubernamentales en mercados secundarios -las leyes nacionales prohíben la adquisición directa- sería una "herramienta fácil y efectiva" para incrementar la liquidez, impulsar la actividad económica y fortalecer la curva de rentabilidad de los bonos chinos del Tesoro.
"Pero esto no sería una 'monetización' del déficit fiscal ni una expansión cuantitativa" al estilo occidental, apuntó el experto en referencia a las compras en los mercados de bonos habituales en los mercados desarrollados.
Ding aseguró que el BPC no ha echado mano de esta herramienta en muchos años porque las autoridades no querían avivar las especulaciones sobre medidas agresivas de estímulo, pero ahora sí buscan incrementar las políticas de apoyo y la financiación vía banco central.
A este respecto, el Gobierno vendió 1 billón de yuanes (127.877 millones de euros) en bonos adicionales en 2020 y 2023, respectivamente, y este año anunció una cantidad idéntica para la emisión, a lo largo de los próximos años, de bonos especiales del Tesoro con duración "ultralarga".
El gobernador del BPC, Pan Gongsheng, aseguró esta semana que China todavía tiene una "nutrida reserva de herramientas" para garantizar el cumplimiento de los objetivos económicos.
Un día después, uno de sus adjuntos, Xuan Changneng, dejó entrever que Pekín no apostará por la expansión cuantitativa al considerar más efectiva la actual combinación de instrumentos de liquidez y asignación de crédito, avanzando más recortes a los requisitos de reserva bancaria tras el de 50 puntos básicos anunciado en enero.