China concluyó hoy una intensa semana diplomática protagonizada por las visitas de representantes de algunos de sus aliados latinoamericanos más cercanos, Brasil, Cuba y Venezuela, con los que quedó claro el buen estado de los lazos bilaterales y el alineamiento en el tablero internacional.
"Los países de América Latina y del Caribe son una parte importante del Sur Global y su ascenso colectivo es una consecuencia natural de los cambios que se han venido dando desde el último siglo. China espera sinceramente que los países latinoamericanos se adhieran a la unidad, la cooperación, la independencia y la autonomía", dijo esta semana el jefe de la diplomacia china, Wang Yi.
El vicepresidente de Brasil, Geraldo Alckmin, y el ministro venezolano de Exteriores, Yván Gil, llegaron al gigante asiático el martes, mientras el canciller cubano, Bruno Rodríguez, aterrizaba un día después en calidad de emisario especial del presidente de la isla, Miguel Díaz-Canel.
Brasil: relaciones más cercanas, acuerdos y ayudas
Alckmin se reunió en Pekín con el vicepresidente chino, Han Zheng, ante quien resaltó la "relevancia global" de las relaciones entre sus países, se comprometió a "reforzar la comunicación y coordinación con China" y abogó por "elevar la relación bilateral a nuevos niveles".
Tras el encuentro, los dirigentes firmaron un acta del encuentro y presenciaron la firma de varios acuerdos de cooperación en áreas como inversión bilateral, inspección y cuarentena de productos agrícolas, cooperación en capacidad productiva, regulación del sector de seguros, supervisión de valores y futuros, y apoyo a pequeñas y medianas empresas.
Durante su estancia en el gigante asiático el vicepresidente brasileño también participó en la VII Sesión Plenaria de la Comisión de Alto Nivel de Concertación Chino-Brasileña y Cooperación (COSBAN), donde destacó esta semana que el volumen de comercio bilateral saltó de 9.000 millones de dólares en 2004 a 157.000 millones en 2023.
De acuerdo con datos oficiales, China es el mayor socio comercial de Brasil desde 2008.
Alckmin anunció además durante su visita una inversión de 100 millones de dólares de la farmacéutica china Sinovac en Brasil para la producción de vacunas y el desarrollo de terapias celulares y la firma de un acuerdo con el Nuevo Banco de Desarrollo del grupo BRICS para apoyar al estado brasileño de Rio Grande do Sul con 2.600 millones de reales (491 millones de dólares, 451 millones de euros).
La cifra se destinará a la reconstrucción de carreteras, puentes e infraestructuras en ese estado, asolado recientemente por unas devastadoras inundaciones.
China también quiere potenciar sus lazos con Venezuela, cuyo canciller se vio esta semana con su homólogo del gigante asiático, Wang Yi, quien le dijo que su país desarrollará "inquebrantablemente" lazos con Venezuela desde "una altura estratégica" y una perspectiva "de largo plazo".
Sintonía bolivariana
En septiembre del año pasado los presidentes de ambos países, Xi Jinping y Nicolás Maduro, acordaron elevar las relaciones a la categoría de "asociación estratégica a toda prueba y todo tiempo", lo que ha hecho que los lazos "se vuelvan más claros" y con "nuevas fuerzas impulsoras", según dijo Wang.
El ministro chino aseguró asimismo que Pekín se opondrá “a toda interferencia externa o comportamiento intimidatorio contra Venezuela” y abogó por que este país desempeñe "un papel más importante en el mundo, especialmente en América Latina".
En la agenda del canciller venezolano estuvo también la evaluación de los acuerdos bilaterales existentes en las áreas de economía, salud, minería y energía eléctrica, entre otros sectores.
China y Venezuela celebran estos días los 50 años de las relaciones diplomáticas entre ambos países, afianzadas en la época del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez (1999-2013) y fortalecidas desde su muerte hasta ahora.
La actividad diplomática la cerró el único aliado comunista de China en América, Cuba, cuyo titular de Exteriores se reunió con el vice primer ministro He Lifeng y con su homólogo, a los que agradeció el apoyo del país asiático a la isla, que atraviesa una de las crisis económicas más serias de su historia.
Ante este escenario, Wang trasladó al diplomático cubano la disposición de su país de "convertir la confianza política de alto nivel en acciones concretas, ampliando la cooperación y fortaleciendo la colaboración multilateral para encarar los desafíos que Cuba enfrenta actualmente”.
Sin anuncios comerciales de importancia -al menos públicos-, los encuentros de Bruno Rodríguez los protagonizaron consignas ya habituales como el rechazo chino al embargo estadounidense sobre Cuba y a la injerencia extranjera o el apoyo mutuo en la arena internacional.
Cuba y China, con lazos diplomáticos desde 1960, mantienen unas estrechas relaciones políticas, económicas y comerciales, en las que el país asiático destaca como uno de los principales aliados de la isla comunista.