Andalucía
Medio Ambiente alerta sobre la llegada a España de la avispa asiática y proporciona claves para su identificación
La Junta sienta las bases para evitar la proliferación en Andalucía de esta especie y evitar una disminución en la producción de miel
Técnicos del Programa Andaluz de Control de Especies Exóticas han confirmado una rápida expansión de la avispa asiática en el suroeste francés y su entrada por el norte de España, por lo que la Consejería de Medio Ambiente ha lanzado una serie de recomendaciones para evitar una posible colonización de la Comunidad andaluza por parte de esta especie. Entre otros aspectos, la Junta de Andalucía ha pedido ayuda a la población en general, y al colectivo apícola en particular, para que permanezcan alerta y comuniquen rápidamente a la Administración y a las asociaciones del sector cualquier posible observación, a fin de poner en marcha los mecanismos oportunos para frenar su avance.
Para facilitar esta colaboración, la primera herramienta proporcionada ha consistido en ofrecer a la ciudadanía las claves para su correcta identificación. Esta iniciativa está dirigida especialmente a productores apícolas, naturalistas y agentes de Medio Ambiente, y su objetivo es evitar que puedan producirse falsas alarmas, dada la existencia de una especie autóctona europea muy parecida.
En este sentido, la especie asiática se distingue de la europea porque tiene el tórax y el abdomen completamente negros, a excepción del cuarto segmento que es de color amarillo. El tamaño de sus ejemplares es de unos 3 centímetros aproximadamente, aunque la reina alcanza entre 3’5 y 4 centímetros. En cuanto a sus nidos, la especie construye estructuras de grandes dimensiones que cuelgan de árboles, tejados de casas o naves y que albergan unas 1.500 avispas obreras.
Una de las características que determinan su posible impacto reside en su alimentación pues, si bien se alimenta de abejas como el resto de las avispas, esta especie resulta más agresiva. En este sentido, las abejas oriundas de la misma región que la avispa asiática han desarrollado mecanismos de defensa frente a su ataque, pero las abejas melíferas europeas no cuentan con una estrategia de defensa eficaz, por lo que un pequeño bando de avispas asiáticas puede acabar con gran parte de una colmena en poco tiempo y mermar considerablemente su productividad.
Las abejas autóctonas juegan un importante papel en la polinización de especies silvestres y de cultivos, por lo que la entrada en Andalucía de la avispa asiática puede causar graves daños en el medio natural y mermar la producción de miel en numerosas zonas rurales de Andalucía, donde constituye un recurso económico significativo. En Andalucía hay cerca de 148.000 colmenas ubicadas en terrenos de titularidad pública adjudicadas a particulares mediante la Oferta Pública de Aprovechamientos Apícolas, a las que se suman otro importante remanente de colmenas en terrenos privados.
Por tanto, la avispa asiática comparte con todas las especies exóticas invasoras una elevada peligrosidad ecológica, pero también económica. Al riesgo que constituye su presencia para la biodiversidad endémica se añade en este caso una amenaza para la producción derivada de los espacios naturales.
A finales de 2004 se constató por primera vez la entrada en Europa, a través de Francia, de esta especie exótica (Vespa velutina nigrithorax) cuya área de distribución se encuentra originariamente en China, el norte de India e Indonesia. Pasados cuatro años, se confirmó la presencia de la avispa asiática en unos 120.000 km2 del suroeste de Francia e incluso en algunas regiones del centro del continente, lo que indicó su carácter invasor. Finalmente, en verano de 2010 el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario, Neiker-Tecnalia, confirmó su presencia en Irún (Guipúzcoa).
Para facilitar esta colaboración, la primera herramienta proporcionada ha consistido en ofrecer a la ciudadanía las claves para su correcta identificación. Esta iniciativa está dirigida especialmente a productores apícolas, naturalistas y agentes de Medio Ambiente, y su objetivo es evitar que puedan producirse falsas alarmas, dada la existencia de una especie autóctona europea muy parecida.
En este sentido, la especie asiática se distingue de la europea porque tiene el tórax y el abdomen completamente negros, a excepción del cuarto segmento que es de color amarillo. El tamaño de sus ejemplares es de unos 3 centímetros aproximadamente, aunque la reina alcanza entre 3’5 y 4 centímetros. En cuanto a sus nidos, la especie construye estructuras de grandes dimensiones que cuelgan de árboles, tejados de casas o naves y que albergan unas 1.500 avispas obreras.
Una de las características que determinan su posible impacto reside en su alimentación pues, si bien se alimenta de abejas como el resto de las avispas, esta especie resulta más agresiva. En este sentido, las abejas oriundas de la misma región que la avispa asiática han desarrollado mecanismos de defensa frente a su ataque, pero las abejas melíferas europeas no cuentan con una estrategia de defensa eficaz, por lo que un pequeño bando de avispas asiáticas puede acabar con gran parte de una colmena en poco tiempo y mermar considerablemente su productividad.
Las abejas autóctonas juegan un importante papel en la polinización de especies silvestres y de cultivos, por lo que la entrada en Andalucía de la avispa asiática puede causar graves daños en el medio natural y mermar la producción de miel en numerosas zonas rurales de Andalucía, donde constituye un recurso económico significativo. En Andalucía hay cerca de 148.000 colmenas ubicadas en terrenos de titularidad pública adjudicadas a particulares mediante la Oferta Pública de Aprovechamientos Apícolas, a las que se suman otro importante remanente de colmenas en terrenos privados.
Por tanto, la avispa asiática comparte con todas las especies exóticas invasoras una elevada peligrosidad ecológica, pero también económica. Al riesgo que constituye su presencia para la biodiversidad endémica se añade en este caso una amenaza para la producción derivada de los espacios naturales.
A finales de 2004 se constató por primera vez la entrada en Europa, a través de Francia, de esta especie exótica (Vespa velutina nigrithorax) cuya área de distribución se encuentra originariamente en China, el norte de India e Indonesia. Pasados cuatro años, se confirmó la presencia de la avispa asiática en unos 120.000 km2 del suroeste de Francia e incluso en algunas regiones del centro del continente, lo que indicó su carácter invasor. Finalmente, en verano de 2010 el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario, Neiker-Tecnalia, confirmó su presencia en Irún (Guipúzcoa).
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