Aunque las vacaciones de verano son esperadas por la gran mayoría de los trabajadores, este “parón” en la rutina habitual puede llevar a muchos a un “sufrimiento psicológico” que es posible evitar con el sostén familiar y del entorno más cercano, además de con distintas actividades que hagan más provechoso este tiempo de descanso.
“El parón te permite ser más consciente de lo que la mente y la cabeza te dice y, si nuestra vida no está siendo lo que nosotros queremos que sea, podemos darnos cuenta en este momento presente que nuestra vida está muy torcida”, explica en una entrevista con EFE el psicólogo José Luis López.
Ha apuntado que “paradójicamente”, en ocasiones, a pesar de estar en una “playa ideal” o viendo un “paisaje perfecto”, pueden llegar pensamientos “contrarios".
Una oportunidad
“Cuando uno para, a veces somatiza y empiezan a surgir otros problemas de los que no se había dado cuenta por la vorágine del día a día. Personas que llevan mucho estrés, con el parón comienzan a escucharse y a darse cuenta de que había más problemas (…) Y además está el síndrome post-vacacional”, ha indicado.
En su opinión, esta situación es “también es una oportunidad para poder asentar las bases de las cosas que son valiosas" y ha referido que usa enfoque de terapia contextual "en la que los valores son muy importantes y cada persona tiene los suyos propios.
“A casi todos los seres humanos les interesan áreas como el trabajo, el ocio, el tiempo libre, la familia… Son áreas comunes. Puede ser una buena época para analizar esto y para darse cuenta de si uno está siendo coherente con sus valores en su vida, en sus hábitos”, ha abundado.
Eso sí, advierte de que “mirar la vida con el vértigo suficiente que permiten las vacaciones te puede dar la oportunidad del cambio, pero también te puede hundir mucho, porque uno puede darse cuenta de que no está siendo tan coherente con sus valores y ese estado de ánimo bajo, decaído, puede prolongarse en el tiempo”.
No desconectar del todo
Para evitar esto, el psicólogo recomienda “no desconectar del todo” con ciertas áreas que son “coherentes” con los valores personales.
Considera muy valioso cuidar el área de la salud física y pone como ejemplo que si una persona que va al gimnasio o hace otra actividad deportiva, aunque sea andar, no porque lleguen las vacaciones tiene que dejar de hacerla.
"Hay muchas áreas que ya eran vacaciones en el periodo de trabajo” y, por eso, estas actividades se convierten en un “desahogo en el desahogo”, ha sostenido.
“Muchas personas buscan una manera de desestresarse que a veces está más relacionada con las vías de escape, como beber alcohol, y este camino de la evasión probablemente lo esté dejando vendido al medio y largo plazo, aunque en el corto se evada”, ha advertido.
De esta forma, recomienda que beber no se convierta en la “fuente principal del esfuerzo” en las vacaciones; que se haga deporte, y se aproveche para estar “con las familias o con los amigos, con las personas de nuestra red, de nuestro entorno más cercano” y que el tiempo que se dedica a las mismas sea “efectivo”.
Nuevas redes sociales
Además de mantener y fomentar estas redes sociales, considera que este periodo es un buen momento para crear nuevas redes, “en este entorno más relajado”.
“La red social es lo que probablemente más nos pueda sostener ante el sufrimiento psicológico porque es un sostén muy importante en momentos de crisis o momentos de sufrimiento”, ha asegurado este psicólogo.
Al rememorar las secuelas de la pandemia de la covid-19, López asegura que en ese tiempo "tuvimos la oportunidad de mirarnos a nosotros mismos y darnos cuenta de muchas cosas”, a la vez que “se deterioró nuestra red social y se deshilachó nuestro tejido social, tanto por las muertes que se produjeron, como por el corte de la vida de las personas”.
De hecho, ha señalado que muchas personas dieron un giro importantísimo a su vida y todo se ideó en esas vacaciones "obligadas y dolorosas que tuvimos todos en pandemia”.