El presidente de la Mancomunidad de la Sierra, multado con 700 euros por conducir ebrio
El también alcalde de Villaluenga y diputado fue sorprendido por la Policía de Ubrique tras el aviso de unos vecinos que lo vieron hacer eses
El presidente de la Mancomunidad de Municipios de la Sierra de Cádiz, el socialista Alfonso Carlos Moscoso, fue sorprendido el pasado viernes 7 de octubre , en torno a las 20.00 horas, conduciendo de forma temeraria con su vehículo por el centro urbano de Ubrique, aunque antes también se le pudo ver en las mismas circunstancias en la carretera que une Ubrique y El Bosque.
Unos vecinos de Ubrique que se percataron de las extrañas maniobras del conductor -hacía eses o zig zag- llamaron al 062 de la Guardia Civil y a la Jefatura de la Policía Local. Los agentes de la Policía procedieron a practicarle la prueba de alcoholemia una vez que el vehículo, que no era de su propiedad ni se trataba del coche oficial, se encontraba estacionado en una calle ubriqueña.
El también alcalde de Villaluenga y diputado provincial fue instado a trasladarse a la Jefatura de la Policía Local para la prueba de alcoholemia, ya que el cuerpo de seguridad no disponía de aparato alcoholímetro propio, de ahí que lo solicitara a la Guardia Civil. El resultado de la prueba determinó que había triplicado el límite legal permitido
Moscoso, según información de la Policía Local de Ubrique, no opuso resistencia alguna a la prueba. Igualmente, fue en la Jefatura de la Policía Local donde fueron instruidas las pertinentes diligencias que han ido a parar al único juzgado de la localidad serrana, donde ya se ha celebrado no un juicio, sino una vista oral, en la que se le ha impuesto, como en estos casos, una sanción de 700 euros.
Afortunadamente, el conductor no causó ningún accidente ni destrozo en la vía pública, y aunque su velocidad era al parecer moderada los desplazamientos laterales hicieron sospechar a los vecinos de que el denunciando conducía de forma extraña.
El presidente de Mancomunidad había almorzando horas antes en Villamartín junto a el ex alcalde de esta localidad, el también socialista José Luis Calvillo, y había participado en la inauguración de un tanatorio.
En conversación con este medio, Moscoso se mostró abrumado por la trascendencia de la información al coincidir con los problemas lógicos de su gestión política, pero quiso aclarar que en ningún momento fue detenido como ha podido publicar otro medio de comunicación.
Asimismo, el denunciado hizo hincapié en que el vehículo que conducía se encontraba totalmente estacionado y que fue la Policía Local de Ubrique la que le comunicó que tenía estropeado el alcoholímetro y que, por tanto, tenían que pedirlo a la Guardia Civil, lo cual le pudo retener en la Jefatura durante unas dos horas.
“No he provocado ningún accidente o ningún altercado”, señaló Moscoso a este periódico, quien, en un gesto de transparencia, se ofreció a trasladar a este medio el informe de la Policía Local, así como a dar las explicaciones necesarias en aras a aclarar las circunstancias que rodean este suceso.
“No estuve detenido en ningún momento, el vehículo que llevaba tampoco era oficial, y yo soy un ciudadano corriente y normal, no soy un dios. Reconozco la culpa y admito la pena. No pasé ningún control de alcoholemia, sólo la Policía Local me invitó a bajarme de un vehículo una vez estacionado, como refleja el acta de la Policía”, dijo a este medio.
Por último, quiso aclarar que no ha sido ni multado con 1.600 euros, la retirada de cuatro puntos del carné de conducir y la inhabilitación de cargo público durante un año, como empezó a divulgarse en la tarde de ayer a través de diversos medios digitales.
Unos vecinos de Ubrique que se percataron de las extrañas maniobras del conductor -hacía eses o zig zag- llamaron al 062 de la Guardia Civil y a la Jefatura de la Policía Local. Los agentes de la Policía procedieron a practicarle la prueba de alcoholemia una vez que el vehículo, que no era de su propiedad ni se trataba del coche oficial, se encontraba estacionado en una calle ubriqueña.
El también alcalde de Villaluenga y diputado provincial fue instado a trasladarse a la Jefatura de la Policía Local para la prueba de alcoholemia, ya que el cuerpo de seguridad no disponía de aparato alcoholímetro propio, de ahí que lo solicitara a la Guardia Civil. El resultado de la prueba determinó que había triplicado el límite legal permitido
Moscoso, según información de la Policía Local de Ubrique, no opuso resistencia alguna a la prueba. Igualmente, fue en la Jefatura de la Policía Local donde fueron instruidas las pertinentes diligencias que han ido a parar al único juzgado de la localidad serrana, donde ya se ha celebrado no un juicio, sino una vista oral, en la que se le ha impuesto, como en estos casos, una sanción de 700 euros.
Afortunadamente, el conductor no causó ningún accidente ni destrozo en la vía pública, y aunque su velocidad era al parecer moderada los desplazamientos laterales hicieron sospechar a los vecinos de que el denunciando conducía de forma extraña.
El presidente de Mancomunidad había almorzando horas antes en Villamartín junto a el ex alcalde de esta localidad, el también socialista José Luis Calvillo, y había participado en la inauguración de un tanatorio.
En conversación con este medio, Moscoso se mostró abrumado por la trascendencia de la información al coincidir con los problemas lógicos de su gestión política, pero quiso aclarar que en ningún momento fue detenido como ha podido publicar otro medio de comunicación.
Asimismo, el denunciado hizo hincapié en que el vehículo que conducía se encontraba totalmente estacionado y que fue la Policía Local de Ubrique la que le comunicó que tenía estropeado el alcoholímetro y que, por tanto, tenían que pedirlo a la Guardia Civil, lo cual le pudo retener en la Jefatura durante unas dos horas.
“No he provocado ningún accidente o ningún altercado”, señaló Moscoso a este periódico, quien, en un gesto de transparencia, se ofreció a trasladar a este medio el informe de la Policía Local, así como a dar las explicaciones necesarias en aras a aclarar las circunstancias que rodean este suceso.
“No estuve detenido en ningún momento, el vehículo que llevaba tampoco era oficial, y yo soy un ciudadano corriente y normal, no soy un dios. Reconozco la culpa y admito la pena. No pasé ningún control de alcoholemia, sólo la Policía Local me invitó a bajarme de un vehículo una vez estacionado, como refleja el acta de la Policía”, dijo a este medio.
Por último, quiso aclarar que no ha sido ni multado con 1.600 euros, la retirada de cuatro puntos del carné de conducir y la inhabilitación de cargo público durante un año, como empezó a divulgarse en la tarde de ayer a través de diversos medios digitales.
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