Si semanas atrás, daba cuenta, desde este mismo espacio, de las novedades que algunos libros de texto incluían en su habitual “vuelta al cole”, llega ahora el turno de reseñar una narración de corte docente y muy propicia para este inicio escolar.
“Secundarios” (Jirones de azul. Col. Caleidoscopio, 2011), de María Jesús Fuentes, es la primera novela de esta autora malagueña, residente desde hace años en Melilla. Con ella, demuestra no sólo su devoción por las letras, sino su versatilidad, pues a los cuatro poemarios ya éditos, suma su faceta de autora de relatos -ha obtenido en este género el premio “Ciudad de Coria”-, además de dirigir la revista literaria “Mester de Vandalía”.
Precisamente, en su último libro de versos, “Aguamarina”, escribía María Jesús Fuentes: “Que ahora busco fe/ en lo que no se cree”. Y desde esa misma premisa, pareciera hilvanarse esta novela que inventaría los anhelos, las conquistas, las desdichas, las desilusiones, las esperanzas…de un nutrido grupo de profesores, pero sobre todo, de mujeres y hombres que batallan por una causa noble y solidaria como es la tarea de enseñar educando.
Como afirma la propia autora en su epílogo, el Instituto donde se desarrolla toda la trama, “es un centro cualquiera de una provincia cualquiera, tirando al Sur (…) un sitio que resulta familiar, diferente, desde donde a cualquiera le pueden asaltar los recuerdos de su adolescencia y los sentimientos de nostalgia y de tristeza hacia aquello que se perdió por el camino; en este caso, más que la alegría de juventud, educación”. No cabe duda, de que su experiencia como docente, influye de manera positiva en la narración, pues su pluma se mueve con soltura entre los múltiples entresijos que derivan de la actividad académica.
Dividida en tres apartados, la novela tiene a su vez un triple eje argumental. El primero refiere el diario acontecer de una parte de los docentes(los amoríos entre Marta y Héctor, “un hombre de anuncio”, la relación homosexual entre Sergio y Pelé, el buen hacer y la paciencia de la conserje, Rosario, los dimes y diretes maritales de Ale y Leo…); el segundo, se ubica en el incierto y sorpresivo discurrir de cada una de las clases y las variadas situaciones a las que se ven abocados educandos y educadores; y como coda, una sección donde confluye y se resuelve todo el entramado personal y común que se ha ido pergeñando al hilo de estas páginas.
Con un decir sostenido, ameno y de incesante tensión, María Jesús Fuentes ofrece un relato veraz y turbador sobre la realidad educativa de este país. La agresión que sufre Nacho, el jefe de estudios, no es sino un elemento más de la larga fila de acontecimientos que a modo de denuncia aquí se exponen y que tienen como trasfondo la crítica directa al actual sistema.
Pero si algo sobresale del conjunto de este relato es la fuerza expresiva, el ritmo trepidante y la minuciosa introspección a la que se somete a los protagonistas, y que deviene, al cabo, en una crónica inspirada y de muy recomendable lectura.