Un buen día del año 2007, un nutrido grupo de amigos y amigas de Torremolinos, apasionados del cante y el baile, decidió formar el coro que en principio se denominó Aires de mi Barrio, pero que en la actualidad goza de un nombre más ecléctico y que se identifica apropiadamente con el municipio que lo vio nacer: Aires de Torremolinos.
Bajo la diestra tutela de esa gran artista del baile que es Lola Márquez, que ama y vive profundamente la gracia andaluza del flamenco, y de la guía musical de José Carlos García, que realmente conversa con la guitarra y no se limita a un simple rasgueo de acordes, el coro, compuesto por diez entusiásticas voces femeninas y dos masculinas, se acompaña habitualmente de guitarra, caja de percusión y, en ciertas ocasiones, de un saxofón, amén de algunos sencillos instrumentos específicos del folklore.
El repertorio del coro Aires de Torremolinos es de lo más heterogéneo que concebirse pueda. Abarca diferentes géneros musicales de gran popularidad. Así, aparte de las clásicas armonías rocieras de rumbas y sevillanas, muy apreciadas por todo tipo de oyentes, el coro interpreta, con arraigado sabor flamenco, malagueñas, fandangos, colombianas, tangos, alegrías, bulerías, garrotín… Hasta incluye excepcionalmente diversas piezas características de la música pop, que conforman el repertorio típico de artistas de la talla de Nina Pastori, Malú, Parrita y Pablo Alborán, entre otros.
Aunque el coro se formó inicialmente para pasar deliciosos y eufóricos momentos entre amigos, y para alegrar las reuniones festivas y los grandes días de asueto de la localidad, particularmente con ocasión de la Romería y Feria de Torremolinos, además de las animadas veladillas de sus barrios, lo cierto es que se ha convertido en un grupo genuinamente profesional por lo conjuntado de sus voces y la excelencia y variedad de su florilegio musical. En enero del 2012 alegraron sus miembros, en representación de todos los coros de Torremolinos, la Cena del Pescaíto que el Ayuntamiento y el pueblo torremolinense ofrecen cada año en Madrid a los profesionales del turismo y otros ilustres invitados, con motivo de la Feria Internacional del Turismo (FITUR). Su magnífica actuación fue cálidamente ovacionada por todos los asistentes al evento.
Son numerosos los recitales que, en tan solo cinco años de actividad, ha protagonizado el coro Aires de Torremolinos, dentro y fuera del municipio. El corazón del coro, magnánimo y profundo, siempre está presente en los actos benéficos organizados por las entidades caritativas (Cáritas, Emaús, Club de Leones, Migas Solidarias…). También se vuelca en homenajes que desinteresadamente se rinden a personas de cierta celebridad, como el tributado a Emilio el Moro. La ronda de villancicos que por Navidad dedica el coro a los ancianos acogidos en las residencias locales supone el broche de oro de final de año. De entre el cúmulo de actuaciones de este singular coro, que llenarían páginas, podemos destacar las que se citan:
A) Participación en las “Cruces de Mayo” de las asociaciones, peñas y cofradías del municipio. B) Veladillas de verano organizadas en los barrios de la localidad. C) Representaciones en las plazas del municipio, con ocasión de la Feria de San Miguel. D) Intervenciones en las peñas malagueñas durante la gran Feria de Agosto. E) Innumerables actuaciones en bodas, comuniones y otros acontecimientos sociales.
Una muestra del arte eufónico y escénico del coro rociero y flamenco Aires de Torremolinos puede admirarse en algunos de los videos subidos a Youtube. Como colofón, el próximo 1 de Diciembre ofrendará el coro al público asistente al acto de inauguración del Belén Municipal, en el hall del Ayuntamiento, el deleitable estreno del “Villancico de Torremolinos” que compuso en 1961 el maestro Emeterio de Puertovictoria. El villancico es pieza de gran valor musical y literario que hasta no hace mucho había permanecido olvidada entre los papeles del maestro.
Aires de Torremolinos
Con acordes genuinos
de la gracia rociera,
canta el coro de solera
Aires de Torremolinos.
Su flamenco acrisolado
desprende notas bizarras,
su vibración de guitarras
ha el ánimo ya exaltado,
del baile es incitación
y su excelso arrobamiento
le da al cuerpo movimiento
con sublime seducción.
Un manantial de cantares
brota airoso y cristalino
del pentagrama divino
que disipa los pesares.
Se derraman con pasión
bulliciosas cantinelas
de palmas y castañuelas
y de timbales al son.
A su compás se sumergen
las penas en el olvido
y con nuevo colorido
las alegrías emergen.
Baile, ritmo y melodía
se hacen destellos de luz,
todo el donaire andaluz
resplandece como el día.
Pulsan las voces del coro
cuerdas de diamante y plata
y encienden con su cantata
nostalgias de seda y oro,
mimos del ayer dormido
que hoy quisiera despertar
con las notas del cantar
y ser de nuevo latido
y de nuevo ser aliento
del corazón abatido
que, abandonado el plañido,
goza en su renacimiento.
Prodiga el coro algazara
y con espontaneidad
mueve a la felicidad
y sonrisas acapara.
Con sana trepidación,
toda su coreografía
invita a la algarabía
y a la congratulación.
Sobre el empíreo destella,
del regocijo es razón,
bálsamo del corazón,
del alma chispa y estrella.
Cual faro que los caminos
ilumina placentero,
brilla el coro rociero
Aires de Torremolinos.
(Poema de Jesús Antonio San Martín,
de su libro “Torremolinos, mi sol, mi amor”)
