No se trata de una solución especialmente avanzada (en prestaciones está por detrás de Toyota; por ejemplo, este vehículo no puede salir desde parado sólo con el motor eléctrico) sino de una opción económica que permitirá que muchos usuarios accedan a este tipo de tecnología. Aunque no hay todavía precios oficiales, es de esperar que sean bastante atractivos, o al menos eso anuncia la marca.
Estará exento de impuesto de matriculación (por sus reducidas emisiones) y en nuestra comunidad autónoma es de esperar que pueda acogerse a alguna subvención, al estilo del Prius, que está subvencionado en 3.000 euros por la Junta.
Para quien no conozca esta tecnología, consiste en dos motores, uno de gasolina y otro eléctrico. El de explosión otorga la base de potencia, y el eléctrico aporta las puntas de energía necesarias para operaciones como adelantamientos. La batería se recarga con la fuerza retentiva del motor, al bajar pendientes, o con la energía que se pierde al frenar. Con esta solución, al evitar que pidamos picos de potencia al motor de gasolina, lo mantenemos mucho más dentro de un régimen económico de revoluciones y por lo tanto reducimos el consumo.
En este caso contaremos con un propulsor de gasolina de 88 caballos y otro eléctrico de 14. El resultado es un consumo medio magnífico que no llega a los cuatro litros y medio y unas emisiones que rondan los 100 gramos.
En ciudad, que es donde más aprovecharemos las ventajas de este sistema, por ser donde más sometidos estamos a marchas irregulares, el consumo oficial es de 4,6 litros, una cifra espectacular.
Cuando circulemos por autovías y autopistas el sistema eléctrico será menos importante, salvo que utilicemos vías con bastantes subidas y bajadas, por lo que dependeremos casi exclusivamente del sistema de gasolina. En este caso las prestaciones no estarán a la altura de otras berlinas de este tamaño, pero con sus 88 caballos de explosión podremos defendernos bastante bien.
La caja de cambios, al igual que en el Prius, será CVT, pero con dos programas diferentes, según estemos buscando un comportamiento económico u otro más deportivo.
Interiormente es un vehículo bastante amplio, similar a otros de su categoría de tecnología convencional, aunque un poco más pequeño que el Prius. Aunque no notaremos ninguna diferencia entre ambos en la primera hilera de asientos, en la segunda quizá tengamos algún problema cuando transportemos a adultos altos, que puede que no tengan tanto espacio para las piernas como deberían. El maletero es bastante grande, y será suficiente para lo que es un uso normal en un vehículo de este tamaño.
La instrumentación es bastante innovadora y, una vez que te acostumbras, cómoda. Tiene un pequeño asistente que te ayudará a reducir el consumo de combustible, y que te informará mediante una barra y el color de ambiente si estás conduciendo con eficiencia o no.
Aunque no hay datos definitivos sobre el precio, más allá de que será económico, hay rumores que apuntan a un precio de salida de unos 20.000 euros, que no están mal si tenemos en cuenta el ahorro de combusitble respecto a otros vehículos de su tamaño y que el equipamiento, a falta de datos definitivos, se espera que sea bastante completo. Probablemente este, el del equipamiento, sea el cambo de batalla en el que se decida la suerte del Insight, pues si realmente sale al mercado por unos 20.000 euros, menos los 3.000 de probable subvención de la Junta de Andalucía (otras comunidades también contemplan estas subvenciones), podremos adquirirlo por unos 18.000 euros que, a poco que sea un vehículo bien equipado, será un precio atractivo incluso para quien no se siente atraído por la tecnología híbrida, y busque simplemente un coche completito, no muy caro y que consuma poco.
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