La pasarela de París salió de viaje con los modelos de primavera-verano para hombre de Jean Paul Gaultier e Issey Miyake Men, quienes rindieron homenaje al turista y a los paisajes de la travesía, en esta segunda jornada de desfiles.
El diseñador Yusuke Takahashi firmó su primera colección al frente de la línea masculina de la casa japonesa Issey Miyake con unos modelos que recorren el mundo, de Marruecos a Turquía, pasando por Sri Lanka, como aseguró a Efe tras el desfile.
El azul cielo se va degradando hasta teñirse de arena del desierto en una túnica, mientras los cuellos mao evocan la herencia asiática y los trajes con recuadros de aleatorio rojo, marino y blanco recuerdan a Occidente.
Miyake ha querido pasar el testigo a una nueva generación para que insufle "energía creativa" a los diseños, algo que Takahashi, de 27 años, tiene presente: "me gusta el estilo juvenil, pero también los materiales y técnicas tradicionales, quiero mezclar los dos", afirmó.
Para esta ópera prima, ha optado por trabajar los tintes sobre tejidos naturales, como el algodón o el lino. ¿El resultado? Salpicaduras de radiografía, estampados africanos y geometrías fluidas en tonos cítricos o en matices estivales.
Las camisas y chaquetas se alargan, mientras los pantalones y bermudas permanecen estrechos, sin llegar a pitillo, sobre unas zapatillas de cuero que, en ocasiones, se componen de bloques de colores primarios.
Jean Paul Gaultier abrió las puertas de su "showroom" para presentar unos modelos híbridos, prendas de empresario con alma de turista, o viceversa.
Un mono con raya diplomática se articula en torno a una americana que se abrocha con un cinturón como el de una bata, a la vez que las bermudas se resguardan tras un delantal que le da aires de falda y el punto integra filamentos plateados o se teje con irregulares aperturas.
Gaultier quiere una temporada de calor de superposiciones: pantalones deportivos extremadamente cortos sobre mallas de ciclista, bermudas sobre "leggings", o rejilla sobre camisetas.
Wooyoungmi llegó desde la nieve del invierno parisiense, que se reflejó en trajes de franjas horizontales gruesas en tonos azules, y aterrizó en el desierto del beis, que integró incursiones blancas en las mangas de un gabán o en un conjunto de camisa y pantalón bicolor.
Los detalles en cuellos y pecheras que simulaban el jacquard aportaron un encanto retro, mientras un tejido adamascado ensalzó un abrigo y un pantalón y los estampados de imitación de piel de serpiente rehuyeron la decadencia "kitsch".
Los "Boy Scout" de Louis Vuitton desfilaron en París al ritmo de la música de R.E.M., con pañuelo al cuello y cazadoras de jóvenes exploradores, grandes mochilas de cuero y pantalones pesqueros.
Con "Losing my religion" de fondo, los camperos modelos se urbanizaron con americanas de cuadros, se apropiaron de las chaquetas de cuero propias del chico malo del instituto, y acudieron al baile con un esmoquin en rosa pastel, en una sinfonía de iconos de la cultura estadounidense.
David Beckham, quien se retiró del fútbol profesional hace poco más de un mes, estuvo entre los presentes en el desfile de Louis Vuitton.
La firma 22/4_Hommes_Femmes comenzó su andadura en el calendario oficial de la semana de la moda masculina de París con una colección que retoma elementos del armario del varón para dar a luz unos diseños para hombres y mujeres.
La camisa blanca y la gabardina caqui actúan por separado para él y se conjugan en un vestido para ella, las americanas se atan con cintas y las corbatas se cosen a la camisa y se llevan sin nudo.
"Me gustaría liberar a los hombres, y a las mujeres. Para mí, todos somos lo mismo", aseguró a Efe la diseñadora alemana Stephanie Hahn tras el desfile.
