La Patrona de los Marineros no faltó este domingo a su cita con la gente de la mar de El Rompido y con los numerosos visitantes que pasan sus vacaciones en este rincón del litoral onubense y su imagen volvió a recorrer sus típicas calles a hombros, primero de las mujeres de los marineros y, posteriormente, de los pescadores, así como la Ría del Piedras a bordo de una embarcación.
La colorista procesión transcurrió, como es habitual, entre numerosos vítores, vivas y aplausos y, en su recorrido fue parando y haciendo reverencias a las puertas de numerosas viviendas de pescadores.
No faltaron las petaladas, que dieron más vistosidad si cabe al desfile procesional, ni los tradicionales cantes dedicados a la Virgen en algunos de los puntos más interesantes de su recorrido.
Tampoco faltó a la cita la tradicional forma en que los devotos de la Patrona de los Marineros colaboran cada año con la Hermandad de Nuestra Señora del Carmen de El Rompido, a la que ofrecen billetes durante el recorrido procesional, que los responsables de la propia hermandad van pendiendo con alfileres de su manto.
Pero sin duda, el momento más llamativo de la procesión volvió a ser cuando la Virgen enfiló el puerto pesquero de El Rompido, pasando ante los dos majestuosos faros de esta localidad, para ser aupada por los marineros a bordo de una embarcación en la que recorrió posteriormente la Ría del Piedras. Como anécdota, este año la embarcación en la que procesionó la Virgen no se trató, por primera vez en la historia, de un pesquero, sino del Flechamar II, barco dedicado a dar paseos turísticos por el litoral onubense.
Cerca de la desembocadura del Piedras, y antes de emprender el camino de vuelta hacia El Rompido acompañada por más de medio centenar de embarcaciones engalanadas para la ocasión, tuvo lugar la tradicional y vistosa ofrenda de flores en mitad del cauce de la Ría.
La Virgen procesionó bajo los sones de la agrupación musical Virgen Bella, de la vecina localidad de Lepe, y se celebró en el marco de las fiestas que en su honor han tenido lugar durante todo el fin de semana. La procesión culminó con la subasta de la Vara para el año que viene en la céntrica plaza de La Sirena.
Los festejos se iniciaron oficialmente en la tarde del viernes y, como es habitual, vivieron su Día Grande ayer domingo, cuando se desarrollaron los principales cultos dedicados a la Patrona de los Marineros. De esta forma, por la mañana se ofició una solemne misa en su honor en la capilla de su mismo nombre.