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Sábado 09/11/2024
 

La tribuna de El Puerto

¿Es eficiente el modelo de becas en las universidades?

Cuando de becas se habla nos metemos en un terreno muy pantanoso, del que se puede salir embarrado, pero terreno que hay que reformar y adaptar con la realidad del presente.

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Cuando de becas se habla nos metemos en un terreno muy pantanoso, del que se puede salir embarrado, pero terreno que hay que reformar y adaptar con la realidad del presente. Desde un punto de vista objetivo, cualquier estudiante que estudie en la universidad pública es un estudiante con beca ya que no paga el coste real de su formación.

Hagamos cálculos, la UCA tuvo un presupuesto aproximado de 210 millones de euros, y acogió a casi 20.000 alumnos, lo que toca a unos 10.500€ por alumno de coste, teniendo en cuenta que la matricula media ronda los 850€, un alumno paga el 8% del coste total de su enseñanza durante un curso, evidentemente sin contar gastos adicionales.

Es cierto que hay personas que esos 850€ no se los pueden permitir, y necesitan las ayudas que el Estado ofrece, de ahí que existan las becas.

Hay dos tipos de becas, las que te pagan directamente la matrícula y las que te ingresan dinero en la cuenta. Las de matrícula las adquiere directamente la Universidad, sin necesidad de los estudiantes tengan que pagar nada, ya que el Ministerio de Educación las ingresa en la Universidad.

Las de cuantía variable son becas destinadas a gastos de índole universitaria, por ejemplo, compra de material, libros, fotocopias, ropa de laboratorio, transporte… son muchos los gastos varios que tienen los estudiantes, y lo digo por experiencia, pero es aquí cuando la maquinaria empieza a chirriar.

Las becas de cuantía variable (se llaman así porque te asignan una cantidad dependiendo de varios factores personales) consisten en un ingreso en cuenta para llevar a cabo gastos. El problema radica en que no se tiene control sobre los gastos que se llevan a cabo con ese dinero a cuenta, y se puede emplear para otros fines más allá de los educativos.

Conozco casos en los que amigos míos se han ido de viaje, comprado cámaras y demás gastos no educativos por haber obtenido la beca, e incluso parándose a pensar de que el dinero que tienen es dinero público, dinero de todos.

Sin duda no son todos los estudiantes quienes hacen esta serie de gastos, pero hay que establecer mecanismos para que estas cosas no ocurran. Cuando tienes a tu disposición la capacidad de gastar dinero público, siempre has de justificar todos los gastos con pelos y señales, como no podría ser de otra forma.

¿Por qué no hacemos lo mismo para las becas de cuantía variable?, si al final de cada curso justificamos todos los gastos que hemos tenido en materiales, libros, fotocopias, apuntes, gasoil… tendremos dos oportunidades únicas para ahorrarle dinero al Estado y además tener un sistema creíble. Por un lado los estudiantes tendrán que devolver el dinero no gastado y el no justificado, ya que el dinero público de todos no debe ir a parar a caprichos de cada uno.

Por otro lado, al tener que emitir facturas justificantes, levantaríamos parte del mercado que no tributa, haciendo que los empresarios que no paguen sus impuestos tengan ahora que presentar la declaración de IVA y el Impuesto de Sociedades.

Este extra de recaudación, proveniente de la eliminación de parte del mercado negro y de la devolución del malgasto de dinero público, serviría para dar beca a todo estudiante que por motivos económicos tuviera que abandonar sus estudios. Me da mucha rabia cuando conozco personas que dejan la carrera porque no tiene dinero para seguir mientras otras reciben dinero para gastárselo en viajes.

Esto tiene que acabar, y si no es de la forma que propongo debe ser de otra forma, pero sea como sea debe de establecerse un plan para que todo el que quiera estudiar estudie, y para que el contribuyente no vea como el dinero de sus impuestos va a caprichos personales, que con algunos políticos ya tenemos suficiente.

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