El Premio Jaén de Piano es uno de los pocos lujos de los que podemos presumir en esta ciudad. A lo largo de estos días y en las sedes del conservatorio "Ramón Garay" de la calle Compañía en su primera fase, y en el teatro Infanta Leonor en momentos más postreros del concurso; jóvenes de diversos países, virtuosos del piano, competirán por alzarse con un premio de prestigio internacional que viene organizando la Diputación Provincial. Desde el jurado del Premio, compuesto por pianistas consumados de fama mundial, hasta el último de los talentosos participantes, vienen a dar lustre y grandeza al panorama cultural giennense. Y Jaén además sabe responder generosa siempre a tan excepcional cita, acompañando a los pianistas a lo largo de las eliminatorias y llenando el teatro en su final, acompañada de orquesta.
De verdad, este tipo de eventos vienen a arrojar algo de luz, alegría y movimiento a la monotonía que nos acompaña en el día a día, y por tanto es muy de agradecer que a pesar de la difícil situación por la que atraviesan las tesorerías de las distintas administraciones, entre lo público, y la colaboración de mecenazgo privada, se mantengan estos esfuerzos por hacer posible algo que además de entretenernos, en certámenes como el Premio Jaén de Piano, hacen ciudad.
Jaén ha demostrado en numerosas ocasiones que cuando se ofrece un programa cultural serio y de calidad, es decir, bueno, la ciudad lo aprecia y lo premia acudiendo fiel a sus citas, deseando ir al teatro, a conciertos, a museos, a recitales y al cine. Festival de Otoño, Noche Jahenciana, Jaén Genuino, los conciertos de la plaza Deán Mazas ¡y los toros también, que por supuesto son cultura! nos han dado ya sobradas muestras de ello. En todos ellos la fórmula del éxito es clara. Colaboración pública y privada en la elaboración de espectáculos de calidad y predisposición del público para llenarlos. Es cierto, no son quizá estos los mejores tiempos en que poder permitirse hacer grandes dispendios en otro tipo de festivales más esplendorosos como los que antaño solía haber, y sin relegar la importancia que tiene la cultura en nuestras vidas, hay otras prioridades en Jaén; pero al menos, lo poquito y lo muy bueno que tenemos, como nuestro Premio Jaén de Piano, hay que cuidarlo y valorarlo como se merece.