La empresa israelí Shikun&Binui anunció ayer oficialmente que ha alcanzado un acuerdo con el fondo de inversión hebreo Noy y con la ingeniería española TSK para que asuman el 50% que Abengoa poseía en la planta termosolar Ashalim de Israel. Shikun mantiene el otro 50%.
Abengoa, según el comunicado, mantendrá un pequeño papel como subcontratista tras salir del proyecto. Con ello, se ven afectados decenas de empleos en la sede central de Abengoa en Palmas Altas, desde la que se gestiona la construcción de esta planta.
TSK es la ingeniería asturiana que adquirió en 2013 los activos de la empresa termosolar alemana Flagsol. Con ello, sumó la experiencia de ambas en este sector en diez plantas termosolares que suman 750 megavatios en España, Marruecos, Suráfrica y Egipto.
La situación de preconcurso que vive Abengoa le lleva a renunciar a proyectos en desarrollo pero cuyas exigencias de financiación se consideran excesivas en esta coyuntura. Así, Ashalim precisa de una inversión de 1.100 millones de dólares (unos 975 millones de euros al cambio de ayer) y los recursos financieros para el proyectos se cerraron en julio de 2015 con el Banco Europeo de Inversiones, dos bancos israelíes y otro banco internacional.
Sin embargo, los problemas financieros de Abengoa que emergieron en agosto y la presentación del preconcurso en noviembre dejaron este proyecto varado.
Abengoa ya se ha desprendido de otros activos termosolares como la empresa Rioglass Solar, fabricante de tubos solares para ese tipo de centrales. También ha vendido su participación del 20% en la planta termosolar Shams de Emiratos Árabes Unidos por 30 millones de euros. Y el 80% que mantenía en un gran acueducto en Tejas, entre otros activos.