El pleno municipal sobre el estado de la ciudad celebrado esta semana no ha aportado grandes sorpresas ajustándose al guión esperado. La oposición ha incidido en dos cuestiones. Primera, el incumplimiento por parte del equipo de gobierno de PSOE-IU-Levantemos Podemos de aquellas promesas electorales de mayor calado (No a los parkings, remunicipalización de APEMSA, planes de empleo, transparencia y participación municipal).
Y, segunda, la falta de iniciativa o simple incompetencia del gobierno cuyo resultado es el retraso o parálisis de la gestión y, por ende, la situación caótica de la ciudad. Se echan en falta propuestas de mejora y manos tendidas para el consenso.
Por su parte, los partidos en el gobierno se han dedicado a exponer largas listas de actuaciones, cuando muchas de ellas no son logros sino simples tareas de gestión diaria. Les ha faltado comentar que todos los días laborables se abren y cierran las dependencias municipales.
Por supuesto nada de autocrítica sobre las promesas incumplidas, tan sólo excusas y utilización de latiguillos como "seguimos estudiando el asunto"; "la actuación se iniciará en breve"; o "lo incluiremos en los presupuestos del año próximo".
Pero lo que más llama la atención son intervenciones de miembros del tripartito que parecen seguir en la oposición con ataques desmesurados, por intemporales, a la gestión del gobierno anterior.
Transcurrido un año desde la toma de posesión de sus sillones, la herencia recibida aparece una y otra vez. Pero se trata de una herencia, como la memoria, selectiva.
Todo lo que dejan por hacer o han tenido que modificar de su programa de gobierno es motivado por la maldita herencia. Pero si han logrado encauzar o culminar alguna gestión que venía del gobierno anterior, ya no se menciona el legado.
Que se termina de rehabilitar la plaza de toros con una ayuda gestionada por los de antes, silencio, foto y medalla.
Que se arregla el pavimento de varias calles con el plan bianual de asfaltado propuesto por el anterior gobierno, silencio, foto y medalla. Que se continúa implantando el portal de transparencia iniciado en la anterior etapa, silencio, foto y medalla.
Que las ayudas municipales a la creación de nuevas pequeñas empresas son las mismas que en años anteriores, silencio, foto y medalla. Y así, suma y sigue.
Si el legado hereditario no te gusta siempre queda, en derecho, una opción: la renuncia, pero sobre la totalidad, no sólo de aquello que no te gusta. Un año de estudio, de justificaciones y brindis al tendido. El 2019 se acerca.