Amigo, ¿qué tal la cosa por casa? Eso, rasca ahí fuerte en el felpudo, sin miedo a romperlo, no vaya a ser que se quede algún rastro en las suelas y me vayas a manchar el suelo, que está recién fregado. Hoy huele esto a limón que da gloria.
Como el limón que cura y cierra las heridas cuando el dolor aprieta hasta dejarte sin aliento. El mismo que exprimen en la calle Ferraz durante estos días en los que ni el humor se apiada de la cúpula del PSOE... Lo de la entrega de pizzas organizado por el chispeante Foro Coches fue de peluca y trompeta. Era lo que faltaba por ver esa noche.
Y ahora que Susana camina sobre el extremado filo de la navaja de un partido que a nivel nacional huele a chamusquina, se me viene a la cabeza el controvertido cese del capataz que, seguramente, más dio por Los Negritos en la era moderna. Antonio Santiago vivió este lunes en sus carnes todo un Pedro Sánchez, aunque más quisiera el casi gobernante ser poseedor del excelso currículum humano del capataz que se dejó y que aún se deja su alma y casi su vida, mientras se lo permitan, por las hermandad de Sevilla.
A Sánchez le hicieron en su casa, como diríamos aquí, la tres catorce. La jugada maestra de una trianera que es toda una estratega de los 'golpes de estado' en las agrupaciones del partido socialista por las que ha pasado. Y a Santiago le han hecho la mismísima cama. Una sinrazón por los usos horarios que desde junio venían esbozando en el entrecortado silencio de la sala de juntas, con el temor de no decidir por el qué dirán y que les ha llevado hasta el último soplo de una falsa esperanza que ni Antonio, ni nadie de los suyos, terminaron de creerse cuando por entonces los angelitos negros de Machín desentonaban adrede por las redes.
Ahora, el “intocable” capataz es más vulnerable que nunca y ya veremos si los cantos de sirenas de resuenan por San Pedro no terminan componiendo una nueva melodía, que podría titularse “Annus Horribilis” y bajo la firma del maestro Judas el sevillano.
En definitiva, que entre la calle Ferraz y la calle Recaredo no es tal la distancia como pudiera parecer, aunque en el trasfondo se ponga en juego situaciones tan distantes. Pero sea como fuere, ya la espera se ve como el fulgor de aquel palio lleno de Paz que iluminó al reino de San Fernando el pasado sábado. Razones por las que mañana jueves regresa El Programa en Ondaluz, donde la espera siempre se ve.