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Jueves 14/11/2024
 
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Un llamamiento a la solidaridad

Este verano un joven esteponero tuvo un desgraciado accidente en la Playa del Cristo que lo dejó cuadrapléjico. Ahora se ha organizado una Gala Benéfica para recaudar fondos con los que la familia pueda acompañarlo en su tratamiento. Por Andrea Castro

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Salvador Díaz tuvo mala fortuna. A finales de este verano sufrió uno de esos accidentes de los que siempre se piensa que ocurren a los demás pero que nunca le llegan a tocar a uno mismo. El destino le tenía guardada una mala carta y cuando saltó de uno de los espigones de la Playa del Cristo sufrió un accidente que lo dejó cuadrapléjico. Hace un mes el joven de 15 años fue trasladado a Toledo al único hospital especializado en parapléjicos de todo el país y su familia ha tenido que instalarse allí, ya que los próximos meses Salvador tendrá que seguir un tratamiento especial. Pero a la dramática situación personal en que ahora se encuentra la familia se viene a sumar el grave problema económico, y más en estos tiempos de crisis, que supone este traslado y la larga estancia fuera de su domicilio que conlleva, ya que no disponen de recursos suficientes para iniciar una vida nueva en tierras toledanas pues sólo cuentan con los ingresos que aporta la madre como trabajadora en un colegio.
  
Como muestra de solidaridad con esta familia, los centros docentes de Estepona han organizado una Gala Benéfica que tendrá lugar el próximo 21 de noviembre en el Palacio de Exposiciones y Congresos. Cuentan con la colaboración del Ayuntamiento, de todos los medios de comunicación de la localidad, de la asociación de discapacitados ASDI-ES y de una gran cantidad de artistas locales que actuarán de forma totalmente altruista en la gala, que ha levantado tal expectación que ya apenas queda alguna entrada de las 1.000 que se han puesto a la venta.

COLABORADORES

Además de Magic Factory y de la empresa Miguel Ángel Aguilar Iborra, que han corrido con los gastos de cartelería de los 10.000 ejemplares que se han editado para la ocasión, muchas otras entidades colaboradoras están participando para ayudar a recaudar fondos a través de la 'Fila Cero', realizando sus aportaciones a una cuenta corriente que se ha abierto para la iniciativa, y que está abierta a todos aquellos que quieran participar (el número de cuenta es el 3058-0827-11-2720000442). Cada uno puede aportar algo en la medida de sus posibilidades, como es el caso del grupo La Cala, que ha cedido la megafonía, o del restaurante El Frenazo, que generosamente gestionará con sus propios empleados la barra del bar del Palacio de Exposiciones durante la noche de la gala, aunque por el momento lo único que les hace falta son donativos para la familia y aportaciones en especies, tanto para nutrir la barra del bar como para formar los lotes de navidad que se rifarán en los descansos de las actuaciones. De todos modos en el Colegio Sierra Bermeja, que se ha convertido en improvisado núcleo logístico de la gala por ser el centro de trabajo de la madre de Salvador, esperan con los brazos abiertos a todos los que quieran hacer alguna aportación a la causa.
   
Y es que son muchas las muestras de apoyo y los ofrecimientos de colaboración que están recibiendo los organizadores, tantas que han tenido que aconsejar a muchos que colaboren directamente con aportaciones económicas que, al fin y al cabo, son lo que más falta hace a la familia.

LA GALA

Todos los asistentes a la Gala Benéfica podrán disfrutar de diferentes actuaciones de baile, cante, humor, magia y flamenco a cargo de artistas como Antonio Oña, Manolo Orta, las Academias de baile de Inmaculada Chacón, Eva Alarcón y Lourdes Barrientos, Antonio Trujillo, Ana María Macías, el coro del Sierra Bermeja, el del Colegio San José, de una chirigota e incluso un grupo de bailarines en silla de ruedas, entre otros muchos números artísticos. Las entradas se pueden adquirir en muchos comercios del municipio, así como en el propio colegio Sierra Bermeja.

“Tiene mucho sentido del humor; a veces  se viene abajo, pero no se rinde”

Tras el accidente, salvador fue enviado de inmediato al Hospital carlos Haya de Málaga donde, tras ser operado, permaneció ingresado durante un mes. Después fue trasladado en helicóptero al centro de tretrapléjicos de Toledo, donde permanece ingresado. Sus padres están viviendo allí en un piso alquilado y sus hermanos, Cristóbal, de 26 años, y Maite, de 22,  viven a caballo entre la casa familiar en Estepona y Toledo. Ellos nos han contado como vivieron el accidente y cómo poco a poco van intentando adaptarse a esta nueva situación.

—Acaban de regrasar de Toledo, ¿qué les parece el centro?
—C:Está muy bien dotado, hay muchísima gente y todos están muy preparados y comprometidos. Hay chicos de su edad y él se siente parte del grupo. Todo el mundo se ha volcado muchísimo, lo atienden, van a visitarlo; es como una pequeña familia que se cuidan los unos a los otros.
—M: Allí está en una burbuja, todo especializado, sin barreras.Lo difícil va a ser cuando llegue aquí. Tengo la esperanza de que los médicos no lo van a dejar venir hasta que no esté preparado tanto física como psicológicamente. Después ya lo van dejando salir los fines de semana, que lo trasladan en una ambulancia, incluso alguna vez lo pueden dejar venir aquí para que vaya tomando contacto con la realidad antes de encontrársela de sopetón.
—¿Hay posibilidades de que se llegue a recuperar?
—M: Lo único que tiene alguna posibilidad de recuperar es la pinza con tres dedos, pero con eso ya puede sondarse, vestirse, escribir, comer, puede hacerlo todo. Ahora mismo es totalmente dependiente, la tontería de coger una pajita y beber agua para él eso es un mundo; tiene que tener a alguien al lado. Ahora están mis padres que viven por y para mi hermano. Van a casa cuando no los dejan estar en el hospital, porque además él los necesita, es un niño muy madrero, muy familiar y necesita tener a su gente. Cuando nos íbamos nos preguntaba si seguro nos teníamos que venir que nos iba a echar de menos, y cuando le dices que vas a ir y le preguntas qué necesita te dice que sólo a ti, es un encanto. Una vez que le den el alta, que no se sabe cuánto tiempo tardará, luego tendrá que ir a revisiones y si entonces ven que hay posibilidad de cualquier recuperación más, aunque sea mínima lo vuelven a ingresar.
—C: Se van viendo pequeños avances, al principio fue desesperanzador porque nos dijeron que no podría recuperar nada, pero ya va moviendo los brazos, va bajándole la sensibilidad, lo que pasa que nadie se quiere comprometer a decir exactamente cuánto puede recuperar. Dentro de unos cuatro meses se podrá ver mejor porque la médula habrá bajado su inflamación. Hace dos días lo pasaron a la silla y ha empezado con clases, con pequeños paseos, aguanta dos horas, aunque sigue con todo muy controlado, medicación, sondaje, no es nada que se vaya a pasar en  poco tiempo.
—Él, ¿cómo lo lleva?
—M: Mi hermano es el que nos da fuerza, desde el primer momento que estaba en la UCI él es quien ha tirado para adelante. Entras en la habitación y te pregunta cómo estás tú y es increíble ver la fuerza que tiene, las ganas de vivir que tiene, cómo quiere volver a estar aquí. Y en la rehabilitación suda y le tiembla todo el cuerpo pero te pide que lo pongas otra vez, que lo quiere intentar.
—C: Es muy consciente de su estado, a veces está mejor o peor, pero tiene mucho  sentido del humor, siempre se está riendo hay veces que se viene abajo pero no se rinde.
—¿Cómo se organizan económicamente para pagar los gastos?
—C: Los únicos gastos que cubre la Seguridad Social es mantener a mi hermano en el centro y el tratamiento médico que puedan necesitar mis padres, pero lo que es vivienda y comida no. Nosotros somos una familia más bien humilde y no tenemos medios para mantenerlos allí. Además aquí necesitamos o bien una reforma integral de la casa para que él se pudiera mover con libertad, o una casa adaptada. pero con la subvención que dan no es suficiente, por eso estamos buscando otros medios; además mi hermano es un niño muy grande y necesitaría equipos especiales, como sillas o grúas para moverlo, un colchón y una cama especial y eso son gastos que no cubre nadie. El Ayuntamiento está creando un fondo de emergencia y se está volcando pero hasta que mi hermano no salga del hospital y le hagan un juicio médico para valorar el grado de su invalidez esas subvenciones están ahí paradas.
—M: No sabemos cómo vamos a acondicionarlo todo para que él esté más cómodo en casa; es una preocupación grandísima. Es un niño bastante corpulento, mide ya 1,80 y va a ser difícil moverlo. Si él no recupera suficiente movilidad, lo mínimo para poder ser independiente, a la hora de bañarlo, sondarlo, para todo va a necesitar a alguien. 
—Han recibido muchos apoyos.
—C: Me gustaría dar las gracias a todo el pueblo de Estepona que se está volcando muchísimo; a todos los colegios, hermandades, asociaciones y si se me queda alguien en el tintero que no me lo tenga en cuenta.
—C: Yo quería reiterar otra vez las gracias a todo el mundo, y sobre todo a mi familia, que se está portando genial. Ver cómo la gente en la situación económica tan difícil que están la mayoría nos están ayudando es impresionante, aunque sea que saquen cinco euros para una entrada.
—¿Quieren que les den esperanzas o prefieren la realidad?
—M: Yo prefiero que no me den un no rotundo pero que tampoco me den esperanzas que no son ciertas; prefiero que me lo dejen en el aire. El día del accidente cuando nos dijeron que no iba a recuperar nada, yo lo recuerdo como el peor día de mi vida y va a seguir siéndolo. Ves que te están diciendo eso y te entran ganas de explotar, de preguntarte por qué y no tienes nada a lo que echarle la culpa, porque si es un accidente de otro tipo puedes culpar a algo pero así no tienes ninguna explicación. Tenemos rabia dentro que no la podemos descargar contra nadie porque él no tiene culpa, nadie la tiene.
—Quieren hacerle una petición a la gente de Estepona
—C: Sólo les pido que tengan en cuenta que es una persona que está en silla de ruedas pero simplemente tiene una discapacidad, no es ningún inútil, ni ningún tullido; se le debe tratar con normalidad, no con curiosidad ni compasión, sino como a alguien cualquiera. Él nunca ha trabajado, no es un niño que haya salido, viajado, conducido o tenido novia y creo que son cosas que irá aprendiendo en su nueva situación, así que supongo que no le supondrá un trauma tan fuerte, o al menos eso espero.

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