El poeta de la mar de Cádiz, Rafael Alberti, dijo cuando escuchó "Poeta", de Vicente Amigo, que el guitarrista había trasladado a la música "el latido y el temblor" de sus versos, por eso, esta noche el Gran Teatro de Córdoba ha vuelto a vivir por su treinta aniversario el encuentro entre flamenco y literatura.
"Si mi voz muriera en tierra, llevadla al nivel del mar y dejadla en la ribera" han sido unos de los versos de Alberti recitados por el actor Emilio Gutiérrez Caba esta noche en el coliseo cordobés donde Amigo ha regalado a la ciudad junto a la Orquesta de Córdoba un espectáculo que se presentó en el mismo teatro hace quince años con el beneplácito del propio poeta gaditano para quien se creó lo que se ha convertido en la banda sonora de la ciudad.
Aquel "Concierto flamenco para un marinero en tierra", obra compuesta por Vicente Amigo en homenaje al poeta de la Generación del 27 por encargo del Festival de la Guitarra de Córdoba fue orquestado por el maestro Leo Brouwer y anoche supuso la vuelta del guitarrista al coliseo como broche de oro del treinta aniversario de su apertura, tras evitar ser demolido.
"Estoy muy orgulloso de estar aquí, donde he cumplido muchos sueños y donde me quedan muchos por cumplir" han sido las únicas palabras de Amigo en la hora de concierto que ha arrancado con la bulería "Autorretrato" de su álbum Paseo de Gracia, tema al que el propio guitarrista se atrevió a ponerle letra para que la cantase entonces el maestro Enrique Morente; esta noche, el cantaor Rafael de Utrera con Añil Fernández (segunda guitarra) y Paquito González (cajón) han estado en el escenario interpretándola.
"Roto el hielo", como bromeó Amigo, la instrumentación orquestal ha llegado acompañada de la dramaturgia Gutiérrez Cava que ha recitado las poesías de Alberti entre alegrías y tarantas, entre palmas y violines, entre "quejíos" y pellizcos de un público que parecía aguantar hasta la respiración para arrancar en aplausos en cada pausa.
"Quiero volver a aquellos días de mi infancia junto al mar de Cádiz, aireándome la frente con las ondas de los pinares ribereño" leyó Gutiérrez Cava tanto al inicio como al final, en lo que parecía un eterno retorno a la "Ítaca" de Alberti.
Con la base de los temas de "Poeta", trabajo premiado con dos galardones por la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), se ha representado el exilio del gaditano, la Guerra Civil -con garra y por tarantas-, para acabar con unas alegrías de aquel que puede volver a su tierra después de una marcha forzosa.
"La Nana de Negra Flor" ha dado paso a una explosión instrumental que ha acabado, tras una milésima de segundo de asimilación, con el público entregado en aplausos para el poeta, el guitarrista, el flamenco.
Le ha seguido de nuevo el fragmento de "Pleamar" y uno de los momentos más especiales, cuando Rafael de Utrera ha puesto voz a unas alegrías escritas por el propio guitarrista que, después de los bises, ha tenido que volver con sus músicos, tras una cierre impetuoso con la Orquesta de Córdoba, para despedirse de un público que ha disfrutado de lo que, sin duda, será un hito para la historia que siga sumando el Gran Teatro de Córdoba.