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Morenatti inmortaliza los premios desde Washington

El guitarrista Manuel Morao recoge el primer Premio Ciudad de Jerez de Flamenco

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  • El fotoperiodista jerezano mandó un mensaje desde Estados Unidos. -
No estuvo en el Teatro Villamarta, que volvió a registrar casi un lleno, aunque su madre lo representó magníficamente. El fotoperiodista jerezano Emilio Morenatti fue ayer protagonista en el coliseo jerezano, en el que se adentró a través de una grabación desde Washington, lugar en el que se encuentra recuperándose de sus heridas de guerra.

Desde el lugar donde el Premio Nobel de la Paz 2009, Barack Obama, pronunció su primer discurso, muy cerca del hospital donde le han asegurado que con el tiempo volverá a correr, Morenatti agradeció el reconocimiento de la sociedad jerezana a través del Premio Ciudad de Jerez a la Creación 2009, que dedicó a “mi familia, a mi mujer y especialmente a mi madre”. Desde allí, subrayando que “será largo el camino”, pero que “pronto volverá a coger la cámara”, inmortalizó como él sólo sabe una ceremonia en la que se echó en falta la presencia de un jerezano de excelencia como él.

A miles de kilómetros, en Jerez, su madre, Rosa, que aseguró que “él se lo estará pasando bomba viéndonos por internet”, y su hermana, Mari Ángeles, sintieron el calor de una tierra que homenajeó ayer una trayectoria profesional envidiable, capaz de mostrar al mundo lo cruel que pueden llegar a ser las personas.

El papel, protagonista
Otro de los grandes protagonistas de la jornada fue el guión con el que los galardonados afrontaban el discurso ante el público, donde pudo comprobarse “el efecto psicológico que tiene un papel”, según apuntó el presentador de la gala, Pedro Rollán.

Papeles sobre los que estaban escritos multitud de agradecimientos, pero que no hicieron falta, por ejemplo, a Esperanza Lescún, una periodista de raza que recibió el Premio Ciudad de Jerez a la Igualdad, después de toda una vida dedicada a una profesión en la que comenzó cuando el oficio era prácticamente cosa de hombres.
Emotiva fue la intervención de los hermanos Pacheco, “los tres mosqueteros”, que recibieron de manos de la alcaldesa, Pilar Sánchez, el Premio Ciudad de Jerez a la Promoción, que dedicaron a Fernando y María, sus padres. Y la de Manuel Morao, primer Premio Ciudad de Jerez de Flamenco, un artista orgulloso de “mi tierra y de mi acento” y que guardará el galardón “en mi alma y mi corazón, como a todos ustedes”.

Del papel tuvo que tirar como apoyo psicológico, Manuel Mestre, presidente del Club Natación Jerez, para recoger el Premio Ciudad de Jerez a la Deportividad, justo cuando la entidad celebra 25 exittosos años de vida.
Los folios también fueron aliados de Aurelio Real, director durante décadas del colegio SAFA, protagonista de una indiscutible labor social “fruto de algo tan simple como el cariño y el milagro que ha sido para mi y para Jerez”.

Más experiencia en estas lides demostró Antonio Pulido, presidente de Cajasol, entidad que recibió el Premio Especial Ciudad de Jerez como heredera de la extinta Caja de Ahorros de Jerez, creada un 14 de octubre de hace 175 años.

Magníficos estuvieron también en sus intervenciones Bernardo Orihuela, vicepresidente de la Asociación Carriles, Premio Joven; el director gerente del Hospital de Jerez, Manuel Herrera, que recogió el Premio a la Solidaridad concedido a los equipos de trasplantes; y Pedro Fruto, gerente de DSA SL (Desarrollo de Sistemas Avanzados), empresa agraciada con el Premio a la Iniciativa. Pero si alguien fue reivindicativa, ésa fue la catedrática de Literatura y profesora en EEUU Mercedes Juliá de Agar, Premio a la Excelencia, que mostró su solidaridad con los trabajadores de Vicasa, con lo que arrancó aplausos del Villamarta.






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