Apropósito de una charla que dio Pepe Juan Díaz Trillo referente a la rica nómina de marineros onubenses, como la más extensa de la historia del hemisferio según los estudios del historiador y navegante Ignacio Fernández Vial, me quedé con un detalle de Pepe Juan sobre el marinero anónimo Alonso Sánchez de Huelva, como me atrevo a denominar, Alonso Sánchez ‘El escondido’.
Díaz Trillo apuntaba que la estatua del marinero se hallaba en la penumbra, algo que el otro día recordé al verla, al pasar por los jardines del Muelle. El político, escritor y poeta aseguraba que la misma siempre estaría mejor más cercana a la conexión ciudadana, como por citar un ejemplo en la zona de Pablo Rada, concretamente donde estuvo ubicado el desaparecido inmueble de La Jangarilla, donde se supone que nació el marinero, que muchos lo dan por leyenda. Inmueble destrozado por la piqueta en beneficio del cambio urbanístico.
Y a esto me remito y pongo por ejemplo a nuestra cerca y hermana Sevilla, de la que tanto deberíamos aprender, teniéndola tan cerca. Sevilla, amables ciudadanos, de una leyenda hace un mito, y lo digo de manera axiomática, y si no, lean. La histórica Venta de los Gatos, ubicada y conservada como parte de la historia de Sevilla, siendo leyenda, por la narración que hizo el poeta Gustavo Adolfo Bécquer de la misma, porque solía ir a tomarse sus vinitos, y de camino, ejercerse en esa otra actividad del poeta que no era otra que el dibujo artístico. ¿Y qué ocurre? Pues ustedes me dirán. Que la Venta de los Gatos, al cabo de sesenta años o tal vez algunos más, sigue ahí, como reliquia del paso del vate hispalense, y lo digo porque en aquellos años también solía ser mi paso desde la Macarena a San Jerónimo. Sigue ahí, pero hay que buscarla, porque está rodeada al máximo de ingentes edificios que le han restado su brillantez artística y romántica al lugar, pero la venta sigue respetada.
El insigne marino de Huelva Alonso Sánchez, sea leyenda o realidad sobre su ‘escondido’ primer viaje a América como contempla en sus escritos el inca Garcilaso y el padre de Las Casas, mucho antes de que llegara el descubridor Cristóbal Colón, se queda más en el olvido que en la leyenda. Leyenda o hecho real, la Huelva obligadamente marinera, por su envidiada situación geográfica, debe siempre hacer justicia con los valores y conquistas de sus hombres de la mar, y entiendo que los onubenses de pro no habrán visto nunca con buenos ojos que la piqueta acabara con La Jangarilla. Por todo lo expuesto, me apunto para que la Huelva marinera aproxime en cercanías el busto de Alonso Sánchez al lugar considerado como su casa solariega.
