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Jueves 14/11/2024
 

Barbate

Cangrejo Azul: La solución pasa por comerse al invasor o al menos eso parece

Desde el río Barbate, hasta la desembocadura del Guadalquivir, pasando por el Río Salado de Conil, la especie se ha asentado en el litoral

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  • El Cangrejo azul ya se comercializa en la lonja de Sanlúcar. -
  • La Junta incluyó al cangrejo azul (Callinectes sapidus) como actividad de marisqueo a pie profesional en el litoral andaluz
  • De origen americano, voraz, oportunista y con un potencial reproductor de hasta dos millones de crías, el cangrejo azul llegó para quedarse
  • El cangrejo Azul es “muy apreciado por su carne y su sabor” y eso se traduce también en el precio que se paga por él

Aún se desconoce cómo llegó a nuestras costas. La teoría más extendida es que el cangrejo azul alcanzó la costa mediterránea como polizón en las aguas de lastre de los buques. Aguas que son empleadas en navegación marítima para procurar la estabilidad de un barco. La técnica consiste en toma directa de agua del entorno en el que se encuentra el buque en ese momento, para la inundación total o parcial de unos depósitos o tanques especialmente diseñados en el interior del casco. El proceso puede invertirse y el agua es expulsada del navío, en un lugar que en general, suele estar alejado del punto original de toma. Dependiendo del tamaño del barco, éste puede  transportar hasta 100.000 toneladas  de agua en las que también se incluyen sedimentos y particularmente, seres vivos animales y vegetales, incluyendo virus, bacterias y otros microorganismos.

La teoría más extendida es que estos cangrejos podían encontrarse en las aguas de lastre de los barcos, que al ser vaciadas en nuestras costas, encontraron un nuevo hábitat

Otra teoría nos remite a Turquía donde se experimentó con su cultivo controlado. De hecho, la primera vez que se documentó en Europa fue en las islas griegas.

Lo que sí parece documentado es que el cangrejo azul fue visto por vez primera en España en el Delta del Ebro en año 2012. Y desde aquel año, su expansión por toda la costa mediterránea y atlántica está siendo imparable.  Esta especie invasora, denominada Callinectes sapidus, procede del litoral occidental de América, entre Nueva Escocia y Argentina.

A nadie le extraña su facilidad para ocupar e invadir nuevos hábitats naturales.  Y es que gracias a su compleja biología de este animal, tiene una gran capacidad de adaptación a hábitats de agua dulce y salada. Aunque suele tener un comportamiento carnívoro, en ocasiones también es omnívoro, cuando así lo requiera la falta de alimento. E incluso, si la situación se agrava, optan por el canibalismo.  Su dieta, por lo tanto, es muy variada y va desde otros cangrejos, a  mejillones, langostinos, caracoles, peces, ranas, plantas, carroña, en fin, casi todo lo que encuentre a su paso. Y eso contrasta con la escasez de depredadores que tiene en esta zona, solo los pulpos grandes y por supuesto, el ser humano.

Si a ello le unimos que cada hembra puede poner de 700.000 a dos millones de huevas, tras aparearse cerca de la costa entre la primavera y el verano, en aguas templadas, el resultado es lo que se está viviendo no solo en la costa de la Janda y de la provincia, sino en prácticamente todo el litoral mediterráneo, una invasión que ha desatado la alarma de los biólogos y también de los pescadores, dada la voracidad del citado crustáceo.

Una voracidad confirmada en diferentes zonas de la provincia de Cádiz, desde Sanlúcar y la desembocadura del Guadalquivir, hasta en el río Barbate y en Rio Salado en Conil de la Frontera.

En la provincia de Cádiz, en octubre, Izquierda Unida Izquierda Unida presentaba un ruego en el Pleno de la Diputación en el que solicitaba medidas concretas de la Junta de Andalucía en favor del control del cangrejo azul en el Golfo de Cádiz, una especia que se está afincando en el estuario del Guadalquivir, “uno de los más ricos en cuanto a la cría de especies marinas”, según defendió la diputada provincial de IU, Carmen Álvarez.

Así, IU pidió que inste a la Consejería de Pesca de la Junta de Andalucía para que “informe sobre la incidencia del cangrejo azul en el Golfo de Cádiz y a debatir la implementación de medidas de gestión, como otorgar permisos temporales a barcos para que pesquen todos los cangrejos de esta especie invasora que sea posible y así contribuir a reducir su presencia en la zona”.

Y es que tanto las flotas pesqueras que operan en el Golfo de Cádiz como las diferentes cofradías de pescadores de la provincia “han dado la voz de alarma sobre esta situación y por hechos como la merma de captura de langostinos, una especie que goza de marca de calidad y que este año su captura se ha reducido a más de la mitad que la del año pasado”.

Cajas de cangrejo azul en el puerto de Bonanza.

Al respecto, Izquierda Unida recuerda que en el estuario del Guadalquivir se han catalogado más de 150 especies, “lo que da muestra de su riqueza medioambiental y su potencial para el sector pesquero, una zona muy importante de cría que ahora se ve amenazada y en la que ya se están resintiendo empresas dedicadas a la acuicultura”.

Actividad de marisqueo

Días más tarde, y ante la preocupación mostrada por los pescadores por la presencia del cangrejo azul y su impacto en el sector, desde el Gobierno andaluz se anunció la inclusión del Cangrejo Azul como actividad de marisqueo a pie, recordando que “esto es resultado de un gran trabajo realizado por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible y su propio director general de Pesca, José Manuel Martínez Malia, quien conocía la situación desde primer momento, y se ha ido trabajando en su estudio, con las dificultades normativas que conlleva la adopción de estas decisiones anunciadas”.

La Junta indicó que “el cangrejo azul es una especie de crecimiento masivo, voraz y no declarada de momento como especie invasora o exótica”, pero que aún así “se aprueba la aparición del cangrejo azul en el listado como nuevo recurso capturable, mediante el empleo de nasas pequeñas, tipo holandesas, de máximo 4,5 metros de longitud, incluyendo el ala paradora de 2,5 metros de longitud máxima, y con luz de malla de 60 mm en diagonal como mínimo, o bien mediante los métodos tradicionales de esta modalidad”.

Con el objeto de hacer un seguimiento del estado de la población de esta especie, y su impacto sobre otras especies de interés pesquero, los mariscadores deberán de colaborar con el personal de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, y de los centros de investigación del Ifapa, suministrando las muestras necesarias para su control y seguimiento que le sean requeridas.

Por su parte, a comienzos de diciembre, la consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Carmen Crespo, reiteró que se está trabajando con el sector pesquero para intentar minimizar el impacto del cangrejo azul en el Golfo de Cádiz, que es una “especie no autóctona pero no declarada invasora por el Gobierno, que es quien tiene que hacerlo”.

En comparecencia parlamentaria a pregunta de Unidas Podemos sobre la presencia de esta especie, Crespo ha señalado que se trata de un “asunto complejo” donde las mayores concentraciones detectadas se encuentran en los estuarios de los ríos Guadiaro, Palmones, Salado, Barbate, Conil, Guadalete, Guadalquivir y Guadiana. No obstante, según ha indicado, el estuario del Guadalquivir es donde se ha visto un crecimiento más masivo los tres últimos años y su expansión hacia las marismas.

La consejera ha calificado como "imprescindible" tener un conocimiento sobre esta especie. Para ello, según ha explicado, el Ifapa y el Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía, en colaboración con instituciones científicas, mantienen un seguimiento de poblaciones de esta especie y actualmente se está trabajando también para abordar el problema a través de un proyecto que tiene que ver la investigación científica, Proyecto InvBlue. "Queremos investigación científica para poder abordar con mayor garantía por el interés que el sector pesquero tiene", ha agregado Crespo.

Entre las medidas para paliar el problema de la presencia de esta especie, la consejera ha recordado que el 19 de noviembre de 2021 se publicó en el BOJA una resolución que regula la actividad de marisqueo a pie en el litoral andaluz que permite la captura de esta especie en el litoral de Huelva y Cádiz, incluida la zona de reserva del Guadalquivir. Con ello se impulsa su captura y eliminación y puede permitir su comercialización.

“Se está trabajando en ello para poner limitaciones que permitan minimizar esa especie y evitar los mayores problemas a los pescadores. En el decreto ya aportaron sus posibilidades y en la modificación de reserva también aportarán las cofradías”, ha concluido.

¿Un recurso económico?

De origen americano, voraz, oportunista y con un potencial reproductor de hasta dos millones de crías por hembra, lo que ya nadie duda es que el cangrejo azul llegó en el año 2012 a la costa española para quedarse y hoy representa un recurso económico que choca con los intereses ambientales de  la costa.

Sin embargo, la comunidad científica alerta del “riesgo notable” de considerar a esta especie como naturalizada y no como invasora y advierte de que la rápida expansión del cangrejo azul por el Levante peninsular tiene importantes impactos ecológicos y socioeconómicos.

En este sentido, Francisco José Oliva, coordinador del proyecto europeo Life Invasaqua, impulsado por entidades científicas, académicas y del ámbito de la comunicación de España y Portugal, ha destacado el papel de la actividad pesquera profesional en la mitigación de esos efectos, que debe ir acompañada de actividades complementarias.

Según este experto, una gestión integral de la especie obliga a la obtención de datos demográficos y ecológicos de la misma, la evaluación cuantificada y exhaustiva de sus impactos sobre el medio y sobre otros sectores socioeconómicos (acuicultura, pesca artesanal, etc) y la evaluación de métodos de captura y zonas prioritarias de control.

Además, “se debe establecer una red de puntos de alerta temprana con planes de seguimiento que permitan detectar rápidamente nuevas invasiones y campañas de información y sensibilización sobre las actividades que puedan ser vectores de su dispersión", subraya Oliva.

Pero las cifras hablan por sí solas; Joan Balagué, secretario de la cofradía de pescadores Virgen del Carmen de San Carlos de la Rápita, en Tarragona recuerda que la cofradía empezó a subastar cangrejo azul en agosto de 2016  y en cuatro meses se comercializaron mil kilos, un volumen que subió en 2017 hasta las doce toneladas, en 2018 hasta las 60 y que en los tres primeros meses de 2019 alcanzaba ya las 55 toneladas.

Para el secretario de dicha Cofradía, “ya es muy difícil que se erradique, por lo que tenemos que adaptarnos nosotros, se tiene que pescar y se tiene que vender como un nuevo recurso, para que continúe la actividad pesquera y nuestros pescadores se puedan ganar la vida”.

Reconoce que el propio sector pesquero vio al principio al cangrejo azul como una amenaza por los daños que ocasionaba en las redes y porque se alimentaba de otras especies comerciales, pero hoy es “muy apreciado por su carne y su sabor” y eso se traduce también en el precio que se paga por él.

Con sus luces y sus sombras, el cangrejo azul, cuya expansión fuera de su área natural se debe básicamente a la acción humana, ha colonizado ya toda la costa este española y, su erradicación es, según Oliva, “inviable”, así que la opción que parece quedar , al menos por ahora, es la de comercializarlo y por supuesto, comérnoslo .

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