Ni la pandemia, ni la crisis económica, ni el papel hospitalario que juega diariamente la Iglesia en una ciudad tan castigada como Cádiz, son óbice para que Hacienda cambie de criterio sobre la obligatoriedad de que las hermandades declararen el 21% de IVA correspondiente a la venta de sillas de la carrera oficial. Lo lleva intentando desde una comunicación enviada en 2019, a la que el Consejo de Hermandades plantó cara y defendió de manera vehemente hasta ganar la batalla. No obstante, aunque efectivamente hemos conocido esta semana que el Tribunal Económico Administrativo de Andalucía ha rechazado dicha pretensión, algo me hace pensar que habrá recurso. Hacienda puede recurrir mediante alzada en el plazo de un mes, o a través de un recurso de anulación en el plazo de 15 días ante el mismo tribunal.
Como pueden imaginar, desde que se conoció la resolución judicial a favor de las hermandades, no han faltado las frases hechas desde la más absoluta demagogia en redes sociales: “Hacienda somos todos”, “que vendan el oro y paguen el IVA”, “la Iglesia y sus privilegios” etc.
Ciertamente, no soy yo la persona más indicada para valorar si deben tributar o no las Hermandades por el IVA de las sillas, para eso están los tribunales, que además ya han hablado y los juristas que se conocen la ley al dedillo.
Redirijo un poco el tema a esa demagogia que rápidamente salta a degüello, cada vez que surge la oportunidad en detrimento de todo lo que huele a Iglesia y a sus cofradías.
Por aportar un solo dato sobre el “oro de las hermandades”, tomaré de referencia el año 2019, fecha en la que se recibió dicha comunicación en la sede del Consejo. Solo aquel año las cofradías aportaron más de 177.000 euros a obras sociales. Es decir, cada hermandad invirtió una media de 5.000 euros en algún proyecto de ámbito solidario. Una aportación que sirve de auxilio para diferentes entidades de Cádiz, como Agamama, Espina Bífida o Calor en la Noche. Además, cabe recordar que un mínimo del 0’7% de los ingresos netos con los que cuenta cada hermandad, son destinados a proyectos de abastecimiento en el Tercer Mundo.
Pero si aún le parece a usted poco el compromiso de nuestras hermandades, aporto dos datos más: la colaboración económica y asistencial con Cáritas y el fondo de solidaridad que cada año entrega la Permanente del Consejo en nombre de las corporaciones gaditanas. Un fondo económico que no es baladí, pues siguiendo con el año 2019 la permanente destinó 8.716,34 euros, al Hogar Despertares, a la Fundación Centro Tierra de Todos y a los pisos de acogida de la casa Hogar Luisa de Marillac. Hagan ustedes las cuentas…
Como habrán podido comprobar, la suma supera notablemente los 120.000 euros de subvención que otorgaba el Ayuntamiento de Cádiz para que las cofradías pudieran afrontar su salida procesional (flores, bandas, seguros, etc.).
Dicho esto, no se sorprendan si les digo que todas estas cifras se han doblado en los años de pandemia, excepto la cifra de la subvención municipal, que lejos de crecer ha sido devaluada con el paso del tiempo y las correspondientes subidas de impuestos que todos conocemos.
Si queremos hablar de oro, hablemos del oro que valen nuestras cofradías. Amén.