La feligresía que asitía en la mañana de ayer a la misa de 9.30 horas en la Iglesia de Santiago se llevó un susto tremendo por el intento de robo de un cuadro.
De acuerdo al relato del rector del templo, Ricardo Jimenez Merlo, que precisamente oficiaba la Eucaristía, una joven, que no es habitual en el entorno, entró en la iglesia y se dirigió hacia la pila de agua bendita instalada en la puerta de la Catedral para, acto seguido, arrancar el cuadro colgado sobre la misma ante el asombro de los congregados.
Algunos de estos, reaccionaron de manera inmediata e interceptaron a la mujer antes de que pudiera abandonar el edificio y, tras un forcejeo, pudieron arrebatarle el marco. La autora de los hechos comenzó a proferir gritos, ante lo que los feligreses optaron por cerrar la puerta y poner en conocimiento el suceso en conocimiento de la Policía Nacional, pero, cuando se personaron los agentes en dos vehículos, la mujer se había esfumado.
“El cuadro no tiene valor alguno”, apunta Jiménez Merlo. “Lo peor es el destrozo y la situación desagradable”, agrega. Se da la circunstancia, además, que la joven ya se llevó un cajón de ofrendas la semana pasada que estaba vacío.
Pero el rector del templo resta importancia a lo sucedido, máxime cuando este domingo un individuo arrancó un trozo de paso de Humildad y Paciencia en San Agustín. “Ha sido algo puntual”, remarca.
Lo que le interesa a Jiménez Merlo es hablar con la mujer “para conocer sus razones y la historia que hay detrás de un gesto incorrecto que no se puede permitir”.
