Antonio Álvarez Bizcocho presenta Gente con chispa, su última creación. El autor de la inolvidable No te vayas todavía es, junto a su grupo, fiel al COAC y a las calles de Cádiz, donde se les ve durante todos los días de carnaval.
En estos dos años sin salir al final he escrito igual porque escribí una chirigota para el año pasado que se quedó en el cajón estando escrita por completo¿Ha sido larga la espera?
–Te diría que no, pero realmente sí, lo que pasa es que no puedo decirte que la espera se ha hecho larga y también decirte que me ha cogido el toro... dejémoslo en que se hizo entretenida.
¿Cuántas ideas se te han ocurrido durante ese tiempo?
–En estos dos años sin salir al final he escrito igual porque escribí una chirigota para el año pasado que se quedó en el cajón estando escrita por completo. Era una idea guay con dos popurrís diferentes, pero la guardamos y al final hemos sacado otra para este año como si hubiera pasado un año normal, así que al final no he parado. El grupo con lo del Bizcoshow empezamos en septiembre y hemos estado liados hasta hace poco. Eso sí, ideas un montón porque no se deja de pensar nunca.
¿Febrero o mayo? ¿Qué diferencia hay entre prepararse para un mes u otro?
–A la gente a la que nos gustan todas las fiestas, como la Semana Santa o la Feria, preparar un repertorio para mayo viene peor y aparte el ambiente se nota diferente. No sé, porque igual es cosa mía pero es mi sensación.
¿Qué esperas del COAC 2022?
–Espero que haya sorpresitas, que haya cajonazos, que sea como un COAC habitual. Ya se están viendo cosas de calidad y cosas con menos calidad, pero aun así es lo que digo, se palpa diferente.
¿Algo a mejorar para 2023?
–No lo sé porque no he probado este. El formato de tres fases, a priori parece buena idea, pero hasta que no pase este no podría decirte, aún así realmente tampoco te diría mucho porque para eso hay encargada otra gente.
Tras el año de Manué, ¿crees que la comparación con el 2017 año tras año es perjudicial?
–La comparación con Manué me lo tomo como un halago porque te das cuenta cada año que pasa que a la gente no se le olvida y que algún día yo no estaré en el carnaval y la gente se acordará de eso. Haber podido dejar huella es el lado positivo de la comparativa. Perjudicial no sé, yo intento que mis chirigotas no se parezcan demasiado, creo que no es comparable, pero que la gente lo haga ya no está en mi mano.
¿Alguna vez has dudado del estilo de la chirigota?
–No suelo dudar porque siempre va todo muy premeditado. Cuando hemos cambiado el estilo en la chirigota es porque ya un año antes se me había pasado por la cabeza decir: “pues el año que viene vamos a hacer esto” y al final se dice y se hace, entonces está todo pensado. A veces sale bien y otras no, pero el estilo es innegociable.
Esta es la única chirigota de Sevilla de las esperadas que concursa, ¿te causa presión?
–Ninguna, presión para otras cosas, para el carnaval no, sería otra palabra. Lo que tengo es ganas de hacerlo bien, de divertir y de divertirme divirtiendo, que salga la magia, que salga bien y con muchas ganas de saber lo que va a pasar con la idea y la gente, pero presión no, estamos deseando.
¿Aspiraciones en este COAC?
–El objetivo es quitarme el mal sabor de boca del año anterior con la chirigota, pero no por la clasificación sino porque fue una chirigota que por la forma de vestir y fallos nuestros no cuajó. Queremos cambiar esa sensación y hacer un papel digno.