Aunque la fase de emergencia aguda ha terminado, el país vive aún una fase crítica: miles de pacientes requieren cuidados médicos y psicológicos y cientos de miles de personas viven hacinados en campos en condiciones muy difíciles, que se están agravando con la llegada de las lluvias, explica la ONG en una nota.
Ante la magnitud de la catástrofe y las enormes necesidades de la población, “la respuesta es, en líneas generales, insuficiente”, denuncia la organización.
Pese al esfuerzo realizado, particularmente en atención médica y ayuda de emergencia, para un gran porcentaje de haitianos esta solidaridad no siempre se ha reflejado en ayuda real en el terreno.
“La falta de refugio y las deficientes condiciones de higiene representan un peligro no sólo en términos de salud pública, sino que constituyen también una intolerable afrenta a la dignidad humana para los miles de haitianos que se han quedado en la calle”, dijo Christopher Stokes, Director General de MSF en Bruselas.
Según esta ONG, las necesidades médicas no sólo siguen siendo enormes, sino que aumentan: ahora comienza una fase crucial en la cual miles de heridos van a requerir atención médica a largo plazo.
Actualmente, MSF cuenta con 348 trabajadores internacionales y 3.000 haitianos.