El Ministerio de Defensa ha culminado ya el proceso de contratación para la ejecución de las obras de estabilización y seguridad del edificio de la iglesia castrense del Santo Ángel Custodio de Cádiz, situada en la Plaza Fragela, tras desprenderse parte de la cúpula exterior del templo el pasado 7 de junio. Sus "interlocutores" en Cádiz, por su proximidad, son la USAC de Camposoto, en San Fernando, puesto que esta unidad de acuartelamiento es la responsable de los edificios militares de la provincia y la referente para este tipo de actuaciones “ante cualquier vicisitud”. De hecho, al día siguiente de este episodio, que afortunadamente se saldó sin daños personales, un ingeniero militar se desplazaba hasta la capital para inspeccionar con técnicos municipales el alcance del siniestro y evaluar las actuaciones de emergencia a acometer.
Finalmente, acordaron que fuera el Ayuntamiento de Cádiz, a través de una empresa externa contratada para estos casos, la que se encargase de la primera fase, llegando a retirar cerca de una veintena de toneladas de escombros. Tras varios días de intervención, el Consistorio gaditano dejó todo listo para que el Ministerio de Defensa se encargara de su parte: proseguir la intervención de emergencia y terminar de demoler la zona que no se precipitó. En estos veinte días, tres ingenieros militares han tramitado por la vía de urgencia la contratación de la empresa civil que se encargará del proyecto ejecutado por la Comandancia de Obra Militar, que tiene una inversión de 85.000 euros y un plazo de ejecución previsto de un mes, según ha avanzado a VIVA CÁDIZ, Jorge Cotorruelo, teniente coronel jefe de la USAC de Camposoto. “Ya tenemos a la empresa (tras ganar la oferta presentada en el preceptivo concurso público) y desde el primer momento los ingenieros de la Comandancia de Sevilla han estado pendientes, valorando el proyecto y coordinados con el Ayuntamiento para ver las acciones a tomar”, explica Cotorruelo, que confía en que los trabajos empiecen en los próximos días. En concreto, detalla, en la actuación los operarios van a desmontar el resto dela cubierta una vez desescombrado esta zona y van a garantizar la seguridad de un edificio que fue sometido a una rehabilitación durante seis años, que concluyó en junio del 2022. Un dato que no deja de ser llamativo por la duración y la inversión millonaria (más de 700.000 euros) acometida.
“Es una pena que después de la inversión y la ilusión con la que se inauguró la obra. Lo importante es que aunque haya sucedido esto no haya que lamentar daños personales, pero es verdad que el proyecto sufrió una serie de vicisitudes, porque se contrató una empresa inicialmente que falló, que al final hizo que todo fuera con retraso”, indica para hablar de todo el tiempo que se demoró la remodelación. Una obra que, tal y como deja claro, no metió mano a la zona siniestrada. “En la rehabilitación se realizaron acciones de impermeabilización, acciones más profundas no se hicieron. El colapso de la cúpula no tiene que ver con las filtraciones de agua o viento, no se puede atribuir a algo concreto. Sí vieron que una serie de tirantes que sujetan los muros de la cúpula estaban rotos por el tiempo e hicieron que la cúpula colapsara”, apunta. Pese a todo, sostiene, la afectación en el interior fue “mínima”, con un “leve” desprendimiento de la pintura del techo, sin que haya que hablar siquiera de “caída de ladrillo”, pero no hay que bajar la guardia, y de eso también se van a encargar estos trabajos.
“Ahora hay que asegurar se que la cúpula que ha soportado el colapso de la otra no caiga, recuperar la cúpula y evitar posibles deterioros a la capilla”. Una vez ejecutada la obra de urgencia y que se verifique la seguridad de la estructura de la parroquia, los ingenieros darán el informe al Ayuntamiento para constatar que no hay peligro y se permita de nuevo el acceso a la Iglesia, que permanece clausurada desde entonces, al igual que la vivienda del páter, que ha tenido que ser reubicado en otro inmueble. “El Ayuntamiento es el que tiene la última palabra”, indica, a la hora de apresurarse a dar posibles fechas de reapertura de la parroquia para retomar el culto.