El Cádiz CF tiene un serio problema con las amonestaciones. En sólo siete jornadas de liga, los hombres de Alberto Monteagudo ya han visto un total de 22 tarjetas amarillas y tres rojas directas.
Estas cifras son demasiado altas, sobre todo porque el mayor problema deportivo es precisamente la falta de intensidad que se muestra a veces en el plano defensivo, es decir, se le achaca al equipo que es muy blando en ocasiones en las que debería actuar de forma más contundente para abortar los ataques del equipo rival.
Por otro lado, lo más curioso de ese altísimo número de amonestaciones es que ya hay tres futbolistas apercibidos de sanción, o sea, que si ven una tarjeta más deberán estar sin jugar un encuentro.
Que el central Raúl Albentosa sea uno de esos tres tiene su sentido porque es titular indiscutible y su posición siempre es de las más expuestas a cometer faltas que conlleven el castigo de la amonestación, pero poco se entiende que los otros dos sean Pablo Sánchez y el pichichi Juan Villar, cuyas amonestaciones son la mayoría por protestas a los árbitros.
El capitán recibió su cuarta tarjeta amarilla en siete partidos esta última jornada en un encuentro para olvidar. El Sevilla Atlético no sólo se llevó los tres puntos del Carranza, sino que el envite deja al borde de la suspensión a tres pilares del equipo gaditano. Juan Villar ya se encontraba en esa situación, pero ahora ya no está solo por culpa de las amarillas que vieron Pablo Sánchez y Albentosa.
El problema se agrava al echar un vistazo al calendario, puesto que esta semana se visita al UCAM Murcia y la próxima jornada se recibirá al Cartagena, líder indiscutible y rival a batir del Grupo IV. Esto significa que si alguno de los tres apercibidos recibe una quinta cartulina en tierras murcianas no podría jugar contra el líder.