Así lo han coincidido en asegurar algunos de los representantes de las 150 firmas que acuden este año a la décima edición de Funermostra, el certamen internacional de Productos y Servicios Funerarios que acoge Feria Valencia entre ayer y mañana como escaparate dedicado al mundo de las pompas fúnebres.
A lo largo de 3.000 metros cuadrados, el visitante profesional puede comprobar –bajo un movido y optimista hilo musical, que incluye hasta el Viva la vida de Coldplay– las últimas novedades y tendencias del sector.
Este año destacan especialmente los dos modelos de ataúdes diseñados por el modisto catalán Antonio Miró para Marcs Urnas Bach, uno en madera marrón y líneas tradicionales con interior de terciopelo, y otro azul de fibra, que evoca a un sarcófago egipcio de curvas futuristas y libre de bisagras.
Ambos féretros, enmarcados en su nueva línea textil-funeraria Toda una vida, suponen la primera incursión de Antonio Miró en el negocio mortuorio, a la que según el presidente de esta empresa barcelonesa, Santiago Bach, seguirán el diseño de urnas y columbarios.
“Hay que desdramatizar el sector” y ponerlo “de moda”, señala Bach; “todos vamos a morirnos”, así que si durante nuestra vida nos hemos decantado por el mundo de la moda, “¿por qué no elegir un ataúd de marca” para el final de nuestra existencia?”, se pregunta.
Ambos féretros, fabricados por la empresa de Xàtiva Maderarte, son “accesibles para todo el mundo” en gamas alta, media y baja, han despertado ya “mucho interés” y la empresa está “convencida” de que durante estos días se venderán “muchos”.
“Aquí la crisis no afecta”, añade tajante Bach, para quien el mercado funerario “no baja” sino que como mínimo “se mantiene” en épocas de crisis como la actual, una coyuntura que para otros representantes del sector sólo se nota en una bajada de la facturación global.